¿Qué es la motivación?

La motivación es la chispa que enciende nuestras ganas de afrontar un reto algo que sientes dentro que te da las fuerzas, las energías, te hace superar cualquier obstáculo. Es un atributo importante de la Inteligencia Emocional, de hecho es una de las características que se mide, la capacidad de automotivarse por ejemplo en el ámbito laboral, se valora mucho las personas que son capaces de automotivarse porque la vida nunca está exenta de problema ni obstáculos la diferencia entre quien es capaz de superar el obstáculo y quien no está muchas veces en esa capacidad de automotivación 

“En los seres humanos hay una tendencia innata a sacar el mayor partido de sus propios talentos y potenciales” Esta valiosa afirmación la hizo el psicólogo Abraham Maslow quien en 1968 creó la conocida como pirámide motivacional de Maslow.

Esta pirámide forma parte de una teoría psicológica que indaga acerca de la motivación y las necesidades del ser humano: aquello que nos lleva a actuar tal y como lo hacemos. Según Maslow, las personas tienen un deseo innato para autorrealizarse, para ser lo que quieran ser, y cuentan con la capacidad para perseguir sus objetivos de manera autónoma si se encuentran en un ambiente propicio. Sin embargo, los diferentes objetivos que se persiguen en cada momento dependen de qué meta se han conseguido y cuáles quedan por cumplir, según la pirámide de necesidades. Para aspirar a las metas de autorrealización, antes han de cubrirse las necesidades anteriores como la alimentación, la seguridad, etc. Por ejemplo, solo nos preocupamos de temas relacionados con la autorrealización si estamos seguros que tenemos un trabajo estable, comida asegurada y unas amistades que nos aceptan.

Existen momentos en tu vida donde tienes exceso de motivación, seguramente has experimentado estos días en los que te sientes muy motivado de crear cosas, tienes mucha energía y la utilizas pero poco a poco esa motivación desaparece y empiezan los días pesados en donde sientes una profunda desmotivación y lo que haces ya no tiene sentido, lo empiezas a ver como una carga pesada y desaparece la energía y la emoción que antes sentías.

Por lo general tu mente va a optar por el camino más sencillo, tu mente te va a llevar sutilmente a la comodidad al placer instantáneo y a lo más fácil, es por eso por lo que perdemos la motivación.

La gente que no está motivada prefiere ceder ante la presión de la mente. Para poder recobrar esa motivación vas a tener que entender de dónde surge y cómo funciona

Tipos de motivación

Para empezar hay que aclarar que existen dos tipos de motivación: Por una parte tenemos la motivación extrínseca que surge a partir de situaciones externas y por otro lado existe la motivación intrínseca que se genera desde tu interior. 

La mayoría de nosotros crecimos bajo la exclusiva influencia de la motivación extrínseca, ya sea positiva, buscando recibir un beneficio o negativa tratando de escapar del castigo. Cuando éramos niños teníamos que portarnos bien para recibir un juguete y evitar portarnos mal para no ser castigados. En la escuela teníamos que sacar buenas notas para que nos llamaran buenos estudiantes y evitar las malas notas para no ser reprobados.

Socialmente teníamos que demostrar a nuestros amigos que hacíamos lo mismo que ellos para ser aceptados en el grupo y evitar ser rechazados. Toda nuestra motivación surgía del exterior, persiguiendo el beneficio y escapando el castigo.

Hoy en día seguimos actuando bajo ese esquema. Buscamos hacer un buen trabajo para recibir buenos ingresos y evitar ser despedidos, también creamos una buena relación para sentirnos amados y evitar la soledad y por otro lado buscamos pasatiempos para sentirnos bien y evitar el aburrimiento. Nuestras motivaciones siguen siendo mayoritariamente extrínsecas. Desafortunadamente, esta fuente de motivación es muy inestable es una forma muy superficial de buscar motivación.

Lo que tú de verdad quieres es una motivación mucho más sólida y eficiente, esto te lo da la motivación intrínseca, una motivación que surge de tu interior con una energía muy potente que sale desde tu corazón y alimenta todo tu cuerpo y mente. Lo externo a ti es inconsistente y no depende de ti, no puedes confiar en esa fuente, lo que puedes controlar es tu interior, una motivación interna que bien trabajada puede alimentarte para toda tu vida Sin importar todo lo que esté pasando a tu alrededor, en ese momento logras tener acceso a la verdadera motivación.

Si tienes problemas con tu motivación, probablemente sea porque has estado dependiendo de una motivación externa en lugar de una motivación interna, date cuenta en dónde te encuentras en este momento e investiga dónde has depositado tu confianza.

¿Haces las cosas por alguna recompensa externa? Evalúate de manera muy honesta. 

Te voy a dar algunos tips para que puedas transferir una motivación externa hacia el interior, de esta manera disfrutarás de una fuente mucho más estable de motivación.

Para dejar de ser adicto a las recompensas y dejar de tenerle miedo a las consecuencias exteriores, vas a tener que adentrarte en ti mismo y responder a la pregunta más importante que te puedes hacer…¿Para qué? ¿Con qué objetivo haces todas tus acciones?

¿Cuál es tu propósito?

Tienes que buscar un propósito en esta vida, un propósito tan claro que ilumine todo tu ser, que destruya muros y conquiste objetivos, esto es muy diferente a solo buscar los beneficios y escapar de los castigos, es una misión interna tan poderosa que te quema por dentro, cada mañana al despertar piensas en ella y cada noche antes de dormir la recuerdas, este es el primer paso para construir una motivación que te irradie de energía.

¿Qué pasa si aún no tienes un propósito? Te invito a que empieces a buscarlo dentro de ti. Puedes hacerte preguntas como:

¿Qué es lo más significativo para ti en esta vida?

¿Para qué te despiertas cada mañana?

¿Para qué trabajas dónde trabajas?

¿Para qué pasas el tiempo haciendo lo que haces?

Las respuestas a estas preguntas te ayudarán a buscar y encontrar tu propósito.

Por lo general las personas carecen de un propósito claro, por esta razón la motivación aparece unos minutos y luego desaparece.

Se desvanece porque las personas no están acostumbrada a generar una visión lo suficientemente significativa para alimentar su vida.

A lo mejor tu tienes un sueño que quieres lograr, grandes cosas que quieres crear o un negocio revolucionario que quieres implementar, pero por alguna razón no puedes llevar a cabo ese proyecto, hay una fuerza que se llama resistencia que no te permite avanzar, de ahí surge tu desmotivación.

No existe una integridad una coherencia entre lo que quieres y lo que haces, es decir las acciones que estás llevando a cabo para conseguirlo. Cuando tus deseos y tus acciones se junten empezará a surgir esa motivación interna.

La motivación intrínseca ilimitada, esa explosión de energía dentro de ti, se activa cuando se unen dos elementos. Uno tu propósito ¿Qué quieres crear en esta vida? 

Puede ser lo que tu quieras: un negocio, una buena relación en pareja, una familia, una gran vida para tus hijos, una mejor comunidad, un mejor país las posibilidades son ilimitadas, todo depende de qué es lo que más quieres. Todos estos son caminos que tu puedes recorrer.

El segundo punto son tus acciones, tienes que orientar todos los aspectos de tu vida para seguir ese camino, tu propósito se convierte en un radar que te va guiando pero tienes que actuar, tomar decisiones, empieza a diseñar tu vida a través de lo que quieres conseguir  y si ya tienes un propósito definido empieza a tomar acción. Estos dos elementos se irán complementando poco a poco para brindarte toda la motivación que necesitas.

Si no sabes lo que quieres está bien pero la búsqueda tiene que empezar lo antes posible, o de lo contrario no podrás establecer contacto con tu verdadera motivación.

El ser humano está orientado a conseguir objetivos, estamos diseñados para descubrir y actuar. Cuando alineas tu mente con tu corazón sentirás algo que se enciende dentro de ti y la motivación será ese impulso que te ayudará a dirigirte a donde quieres llegar.

La sociedad busca que le sirvas de la mejor manera, busca animarte para que persigas sexo, dinero, estatus, fama y confort, pero la motivación surge de otro lugar. 

La verdadera motivación está ligada a tu identidad más profunda a tus valores más significativos, aprende a conocerte mejor y empieza a diseñar tu vida en relación a tu propósito .

La motivación no está ahí afuera

Estrategias y claves para motivarse a uno mismo

No olvides nunca pensar en positivo

Si afrontas el día a día con una visión positiva de las cosas, serás capaz de avanzar hacia tus metas. Si, por el contrario, eres una persona negativa a la que todo le parece imposible, no harás nada para mejorar. Ten en cuenta que tus pensamientos van a influir decisivamente en cómo afrontar cada paso que das. 

Tu discurso interno es uno de los factores clave a la hora de motivarte. Todos tenemos una pequeña vocecilla interna que puede ayudarnos o boicotearnos. Debemos aprender a gestionar su influencia y ser conscientes de que nuestro estado mental es la clave para que podamos fijarnos objetivos y cumplirlos. 

Elabora un diario personal que refleje tus progresos

Si eres una persona poco metódica, este truco puede resultarte muy útil. Una de las claves para motivarnos a lograr un objetivo es tomar conciencia de los progresos que vamos dando en el corto plazo. Así, percibimos que nuestros esfuerzos están dando sus frutos y por tanto es más probable que sigamos adelante. Es bueno fragmentar tu trabajo en distintas mini-metas que supongan un aliciente para seguir batallando.

Imagínate logrando tus propósitos, cada día

Un truco altamente efectivo: visualiza mentalmente el resultado que deseas alcanzar, durante varios minutos y con muchos detalles. Simplemente cierra los ojos y disfruta imaginando cómo percibes el momento de éxito y satisfacción en aquello que te has propuesto. ¿Cómo te sentirías, con quién lo compartirías?

Cuanto más y mejor sepas imaginar ese momento, más motivado te mantendrás y durante más tiempo. Si practicas esta imagen mental durante cinco minutos al día, tu éxito estará más cerca.

Un día puedes fallar… pero no dos

Los seres humanos somos profundamente imperfectos y no pasa nada. Si un día no conseguimos avanzar nada, debemos relativizarlo. Todos tenemos un mal día en que la pereza nos paraliza. Pero la regla de oro es la siguiente: puedes fallar un día, pero no dos días consecutivos.

Si ayer no estabas motivado para llevar a cabo las acciones cotidianas que te acercan al objetivo, hoy es el día clave. No te permitas que ese segundo día también te boicotee la pereza o cualquier otra excusa. Si perdemos dos días seguidos estaremos labrando un precedente mental que justifique el posponer aquello que queremos hacer.

Prepara tu mente para los momentos de bajón

A lo largo de un largo camino pasarás por momentos buenos y momentos malos. En estos momentos en que no nos salen las cosas como desearíamos, posiblemente nos vendrá a la cabeza ciertos pensamientos derrotistas y la urgencia irrefrenable de abandonar el barco.

No tengas miedo cuando te aborden estos pensamientos ya que es completamente natural que de vez en cuando surjan y te inviten a dejar de luchar. Si eres consciente de ellos, puedes gestionarlos para que no te afecten. Por cada momento de bajón que experimentes, ten pensado un motivo de peso para seguir luchando.

Inspírate con las pequeñas cosas del día a día

La clave para motivarse es ser una persona abierta al mundo y encontrar inspiración en los pequeños detalles cotidianos. La inspiración puedes encontrarla en casi cualquier cosa.

No solo te va a permitir motivarte en un momento dado (que también), sino también a mantener tu motivación durante largas temporadas.

Y recuerda elegir vivir motivados es elegir una existencia plena y satisfactoria. La motivación es lo que nos impulsa y nos mantiene luchando por nuestros sueños. En la motivación está la clave de por qué hay personas que logran todo lo que se proponen. Rodéate de personas optimistas, ya que el optimismo al igual que el pesimismo, se contagia. Pon el foco en la parte que llevas conseguida, no el que te queda por conseguir. Y sobretodo disfruta del camino cumpliendo ese propósito que tanto te motiva.

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