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Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva

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Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva

10 de agosto de 2020 - Por Héctor Aguilar

Según dijo alguna vez el gran educador Horace Mann: “Los hábitos son como hebras. Si día tras día las trenzamos en una cuerda, pronto resultará irrompible”.

Tus hábitos forman tu vida, si te paras a pensarlo todos tenemos hábitos, algunos son buenos, algunos irrelevantes y otros pueden ser muy dañinos. Por lo general, no somos conscientes de esos hábitos, es decir, los haces sin preguntarte por qué los haces y rara vez te has sentado a reflexionar sobre ello.

Sin embargo es de vital importancia que aprendas a integrar conscientemente hábitos positivos que te ayuden a construir la vida que deseas.

 

Diferencia entre eficiencia y eficacia

Todos nos hemos encontrado con personas que son capaces de cumplir sus responsabilidades profesionales alcanzando el efecto que se espera, que seleccionan perfectamente lo que tienen que hacer en cada momento y lo hacen correctamente. A este tipo de personas se las denomina efectivas, y esta es una cualidad muy valorada por cualquier organización.

Aunque existe una cierta confusión entre los diferentes términos, sabemos que la efectividad es la suma de la eficacia (la capacidad de lograr el efecto deseado) con la eficiencia (haciéndolo con los mínimos costes o en el menor tiempo posible).

Generalmente los buenos hábitos no surgen naturalmente, como ya sabes al principio tendrás que aplicar disciplina y hacer un esfuerzo consciente para adaptarlos a tu estilo de vida pero gradualmente notarás que comienzas a transformar la manera en la que piensas y actúas.

Podrás tomar mejores decisiones, eliminar malos hábitos, incrementar tu nivel de satisfacción, pero por encima de esto encontrarás la manera de hacerte responsable de tu vida y llevarla por el rumbo que tú deseas.

Los 7 hábitos

Los 7 hábitos no son un conjunto de partes independientes o fórmulas fragmentadas. En armonía con las leyes naturales del crecimiento, proporcionan un enfoque gradual, secuencial y altamente integrado del desarrollo de la efectividad personal e interpersonal.

¿Te apetece conocer los 7 hábitos que Stephen Covey propone en su libro?¡Vamos a ello!

El primer hábito

El primer hábito de la gente altamente efectiva es: SÉ PROACTIVO.

El primer paso es fundamental, date cuenta de que existen dos posturas ante la vida, por un lado, la gente reactiva y por otro la gente proactiva.

Las personas consideradas reactivas actúan en relación con una cuestión externa, están constantemente esperando y respondiendo a estímulos externos. Esta manera de actuar nunca encuentra satisfacción porque en todo momento se encuentra siendo empujada por el mundo.

Por otro lado, existe la gente proactiva, en cuanto tú lo decidas, puedes comenzar a ejercer la completa libertad que tienes sobre tu ser, puedes actuar con una incentivación propia desde un motor interno que alimente todas tus decisiones. Para ser proactivo, vas a tener que tomar la completa responsabilidad de tu vida y actuar desde una perspectiva donde tú tienes el control.

Covey señala dos tipos de esferas donde puedes habitar: el círculo de influencia o el círculo de preocupación. Este último estaría lleno de todas las cosas que te importan pero que no puedes controlar. Por otro lado, el círculo de influencia está formado por lo que es relevante para ti y además tienes el control para modificarlo.

Te pongo un ejemplo. En estos últimos meses, vemos a diario en redes sociales la cantidad de problemas que hay en el mundo… En la mayoría de los casos no hay mucho que puedas hacer al respecto, hay demasiada información que solo te crea preocupación inútil que afecta tu capacidad de apreciar la vida, estarías en el círculo de preocupación.

La visión proactiva radica en concentrarse la mayor cantidad de tu tiempo en el círculo de influencia, donde tú tienes la capacidad de influenciar en el resultado. Por ejemplo, tu estado financiero depende de ti y de tu crecimiento, si quieres mejorar este aspecto de tu vida, es tu responsabilidad comenzar a crear una estrategia que te dé los resultados que estás buscando. La mente proactiva se pone a funcionar cuando está alimentada por tu visión y tus objetivos en lugar de reaccionar a tus problemas y frustraciones.

Segundo hábito

El segundo hábito es: EMPIEZA CON UN FIN EN MENTE.

Al desarrollar tu proyecto de vida tienes que hacerte muchas preguntas para saber qué es lo que realmente quieres y para qué lo quieres. Te invito a que empieces con una visión, es decir, una imagen mental que represente lo que quieres conseguir con tu vida. Cuanto más clara y significativa sea esa visión más fácil te será caminar hacia ella. Para conocer qué camino tomar hoy mismo tienes que tener una idea clara de a dónde quieres llegar. Para comenzar a entender dónde estás actualmente, empieza por crear una visión del futuro que te inspire a actuar. Piensa en tu vida como una obra de arte, para saber qué técnica y colores utilizar primero tienes que estructurar una idea clara de cómo se verá al final el panorama completo.

Tercer hábito

El tercer hábito es: ESTABLECER PRIMERO LO PRIMERO.

Es en este punto cuando puedes comenzar a desarrollar un plan de acción detallado y luego lo intentas ejecutar de la mejor manera que te sea posible, es justo aquí el momento de empezar a administrar tu día a día.

El primer hábito consiste en elegir tomar la responsabilidad. El segundo hábito se forma al crear una visión ideal de tu futuro. Este tercer hábito consiste en aterrizar esta visión a la realidad y comenzar a construirla.

Para ponerte un ejemplo, imagina que quieres construir una casa, el primer hábito te lleva a tomar la decisión de empezar, el segundo se enfoca en desarrollar los planos de esa casa ideal. Una vez que tengas todo bien claro en tu mente, es tiempo de construir. El tercer hábito sería comenzar a formar los cimientos de la casa y colocar los ladrillos para levantar los muros.

Tus principios y valores tienen que ser prioridad en esta etapa de tu desarrollo, por esa razón es fundamental que empieces a estar consciente de la administración del tiempo que tienes disponible.

Una vez que hayas dominado los 3 primeros hábitos puedes continuar con los siguientes 3. Estos hábitos entran en la categoría de VICTORIA PÚBLICA, es decir que una vez que hayas aprendido a lidiar contigo mismo vas a poder comenzar a ejercer tus habilidades de liderazgo hacia otras personas.

La idea básica es que cuando te conviertas en un individuo que tiene la habilidad de construir una visión y comprometerse con ella, podrás eventualmente inspirar a otros a que te acompañen hacia una visión conjunta

Cuarto hábito

El cuarto hábito es PIENSA EN WIN/WIN (ganar/ganar).

Al desarrollar los hábitos para lograr una victoria privada ya te diste cuenta de lo que necesitas para poder ganar de manera individual. Ahora, el siguiente paso es crear situaciones donde todas las personas que están involucradas, puedan ganar en cierta manera.

Estamos acostumbrados a paradigmas destructivos donde alguien tiene que perder para que otro pueda ganar, esta es la vía fácil, muchas relaciones están creadas de manera muy desequilibrada hacia un lado pero con este nuevo paradigma prueba a acercarte a una nueva actividad con la intención de en vez de sacarle el mayor beneficio para ti, busques una manera donde ambas partes salgan beneficiadas. Si bien es cierto que la realidad es que vivimos en una sociedad que puede hacer este proceso difícil y muchas personas van a querer abusar de esta manera de pensar. Sin embargo, si tú decides adoptar este nuevo enfoque tienes que esforzarte más por buscar situaciones donde no solo tú seas beneficiado sino también toda la gente que está involucrada a tu alrededor.

Al final, esto te ayudará a construir relaciones muy poderosas donde la confianza será lo que te una.

Quinto hábito

El quinto hábito es: PROCURA PRIMERO COMPRENDER Y DESPUÉS SER COMPRENDIDO.

Aprender a escuchar es una de las habilidades más importantes que puedes desarrollar. Será imposible crear buenas relaciones si no tienes esta capacidad. La clave para saber escuchar es evitar el deseo de interrumpir a la otra persona y en lugar de eso mantener una profunda curiosidad para intentar entenderla. El hecho de querer comprender a una persona va a requerir esfuerzo y consideración de tu parte y por otro lado, hacerte entender, requiere valentía y precisión para decir lo que realmente piensas.

La empatía es esta increíble habilidad que poseemos los seres humano para intentar entender el punto de vista de alguien más. Cuando estás buscando resolver un problema es de suma importancia que tengas la mayor cantidad de información posible. La comunicación nos permite llegar a una solución a través de la capacidad de escuchar y compartir información.

Uno de los peores hábitos que tenemos es querer ofrecer soluciones a problemas que no terminamos de escuchar esto puede afectar tu comunicación y poner en riesgo tus relaciones. Con esto en mente, es importante que primero recolectes la mayor cantidad de información para comprender a alguien y luego cuando tengas una visión más clara puedas contribuir con una solución exitosa

Sexto hábito

El sexto hábito es: UTILIZA LA SINERGIA.

Aquí es cuando logras coexistir con grupos de personas efectivas. Tus relaciones personales y profesionales están basadas en confianza y responsabilidad. Al lograr este punto te rodeas de gente que buscas soluciones creativas de manera conjunta. A través de la cooperación entre individuos podrás conseguir cosas mucho mayores y es justo aquí, en este punto donde entenderás que hay cosas que todavía no sabes, entiendes tus propias limitaciones, sin embargo eres capaz de unir a personas que ayuden a expandir esas limitaciones y a abarcar un área de influencia más amplia.

Aquí te invito a que consideres compartir este podcast con esas personas con las que deseas ejercer sinergia, puede ser con tu pareja, con tus familiares, con tus amigos, con tu equipo de trabajo o con ese compañero con el que planeas un nuevo proyecto. El concepto principal de esta acción es que puedas celebrar que todos somos diferentes, existe una gran diversidad de talentos, ideas y habilidades y por eso mismo el trabajo en equipo de individuos efectivos siempre traerá mejores resultados

Séptimo hábito

El séptimo y último hábito para completar el proceso es AFILA LA SIERRA. Para terminar este ciclo tienes que concentrar tus esfuerzos en seguir mejorando cada día. La perseverancia te permitirá desarrollar constante todos los aspectos de tu vida. Covey describe esta parte como un proceso de autor renovación equilibrada.

Hay cuatro dimensiones importantes que tienes que alimentar constantemente.

  • La parte física, es decir, todo lo relacionado con tu cuerpo como la nutrición y el ejercicio.
  • La parte mental, por ejemplo, leyendo, meditando y planeando tus objetivos.
  • La parte social, el servicio que ofreces a otros tu confianza y tu empatía.
  • Y la parte espiritual que está relacionada con tus valores ya tu centro más profundo.

Cuando logras dedicarle tiempo a estas 4 partes logras vivir en un estado de constante crecimiento donde muy pronto observas los beneficios a tu alrededor y entras en un estado de mayor plenitud y satisfacción.

Este último hábito completa el paradigma de los 7 hábitos de Steven Covey. Al principio comenzaste con la victoria privada que consistía de:

  1. Sé proactivo
  2. Empieza un fin en mente
  3. Establece primero lo primero. Al terminar esta etapa inicial podrás comenzar a explorar la Victoria Pública formada por
  4. Piensa en Ganar/Ganar
  5. Procura primero comprender y después ser comprendido
  6. Utiliza la sinergia.

Al establecer estos 6 poderosos hábitos es tiempo de ir renovando todo, seguir creciendo, aprendiendo y mejorando cada día siempre con la intención de aplicar el hábito 7, seguir afilando la sierra y creando un sistema en tu vida que te permita seguir tomando las mejores decisiones para ti pero también apoyar y beneficiar a todo el grupo de personas que te rodea.

Si te ha gustado este artículo y conoces a alguien a quien le pueda interesar, compártelo. Ahora es tiempo de aprovechar esta nueva manera de observar las cosas, es un placer para mí compartir esta información contigo pero depende de ti llevarla a cabo en tu propia vida, comienza progresivamente y ve integrando hábito a hábito. Cuando ya tengas dominado el primero, continúa con el segundo y así sucesivamente. Si deseas profundizar en este modelo te recomiendo que leas el libro y lo apliques al detalle en tu vida diaria, si necesitas una ayuda extra contacta conmigo a través de mi web hectoraguilarcoah.com o de mis redes sociales en Instagram o Linkedin.

El camino ya está trazado, ahora depende exclusivamente de ti comenzar a recorrerlo.

 

Héctor Aguilar

¿Cómo teletrabajar efectivamente?

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¿Cómo teletrabajar efectivamente?

12 de junio de 2020 - Por Héctor Aguilar

Durante las semanas de confinamiento por la crisis del coronavirus, el teletrabajo se ha convertido en la vía para hacer compatible el mantenimiento de las actividades productivas con la protección frente a la enfermedad, una opción necesaria que ha sido novedosa para muchos trabajadores en  que han tenido que introducirse por primera en este modelo laboral.

De hecho, En 2019, tan solo un 4,8% de los ocupados utilizaban esta fórmula, trabajando desde casa normalmente o más de la mitad de los días, mientras que durante las semanas de restricciones por la pandemia, el porcentaje se ha incrementado hasta el 34% del total.

 

¿Quién inventó el teletrabajo?

Hay precedentes bastantes años atrás en la historia que demuestran que trabajar desde casa no necesariamente tiene que estar reñido con la productividad. El ejemplo es el mismísimo Isaac Newton. 

En 1665, cuando la Universidad de Cambridge se vio obligada a cerrar temporalmente debido a la propagación de la peste bubónica, Newton tuvo que trabajar desde casa y fue precisamente durante este tiempo cuando consiguió desarrollar el cálculo y la teoría de la gravedad.

Sin embargo, lo que hizo Newton fue simplemente trabajar desde casa. El teletrabajo no llegó hasta el siglo XX, ligado a las incipientes empresas tecnológicas.

Durante la década de 1970, en plena crisis del petróleo en Estados Unidos, el físico e ingeniero Jack Nilles comenzó a pensar en formas de optimizar losrecursos no renovables. No solo por su cantidad limitada, sino también por la contaminación derivada, las aglomeraciones y los problemas de movilidad.

Para optimizar estos recursos, ahorrar energía y evitar los problemas de transporte, su primera idea fue “llevar el trabajo al trabajador” en lugar de hacerlo al revés. Partiendo de esta idea, creó el concepto de telecommuting un tanto difícil de traducir al castellano. “Lo traducimos por trabajar en casa o trabajar en remoto, pero no hay que entenderlo tanto desde el punto de vista de la sostenibilidad, sino desde la organización. El teletrabajo nos permite organizar el trabajo desde cualquier sitio y en cualquier momento. Es un cambio cultural”, apuntan desde la Universitat Oberta de Catalunya.

Nilles implementó el modelo de teletrabajo en la aseguradora en la que estaba contratado en 1973. Su idea consistía en conectar los teclados y pantallas de sus compañeros a estaciones remotas cercanas a la sede de la empresa. De esta manera, cada trabajador podía seguir trabajando como si estuviera allí, pero sin estarlo.

Sin embargo, a esas alturas de la historia, el desarrollo tecnológico no estaba lo suficientemente avanzado como para que el teletrabajo pudiese llegar a ser una realidad masiva. El salto tecnológico dado en las décadas siguientes, la bajada de los costes informáticos, la velocidad de las redes de comunicación y la difusión comercial de Internet pusieron a disposición de millones de personas los recursos necesarios para el teletrabajo. Por no hablar de la explosión tecnológica que supuso el desarrollo de Silicon Valley. Todo sumado nos ha traído a donde nos encontramos hoy día.

¿Pero cómo organizar tu teletrabajo para ser más productivo?

Cuando trabajas desde casa, el espacio físico en el que vas a pasar horas concentrado tiene una importancia decisiva en tu productividad. Tus resultados laborales y tu comodidad dependen de que sigas  sencillos consejos.

Que tu entorno de trabajo sea eficiente te ayudará sin lugar a dudas a ser más productivo en el trabajo. Seguro que conoces la sensación de haber estado todo el día activo pero sin haber conseguido nada. Eso se llama un día improductivo y revela una organización ineficiente del trabajo. ¿Cómo solucionarlo?

1. El orden de las cosas sí que altera el producto 

¿Eres ordenado o tu mesa está siempre repleta de papeles, notas, post-it, y no hay sitio ni para la taza de café? Es precisamente por aquí por donde debes empezar a cambiar tu entorno de trabajo. Aunque parezca anecdótico, no lo es. Una mesa desordenada garantiza una agenda desordenada, un día desordenado… y una mente desordenada.

"El orden de tu mesa facilitará tu comodidad y la rentabilidad del trabajo que hagas."

2. La luz del sol hace crecer las ideas

La cantidad de luz natural es esencial para trabajar. Tu objetivo debe ser trabajar en un entorno con el máximo posible de luz solar indirecta. Si debido a la orientación del inmueble esto es difícil o imposible, instala una lámpara de mesa para cuando necesites concentrarte en algún documento y una lámpara de pie para la luz de ambiente. Para un trabajo eficiente, usa bombillas de bajo consumo.

En las ventanas instala estores o cortinas que dejen pasar claridad y eviten el molesto deslumbramiento, principalmente si trabajas con el ordenador o pantallas.

Además debes procurar organizar tu día en función del sol. ¿Suena raro? La humanidad lleva haciéndolo desde el origen de los tiempos y ha dado buenos resultados, convirtiéndonos en la especie más productiva. Cuando amanece, se empieza a trabajar. Cuando se oculta el sol, se para.

De esta manera conseguirás imponerte un horario, algo especialmente útil y saludable cuando se trabaja desde casa.

"Pasar muchas horas ante el ordenador no es productivo. Lo eficiente es pasar solo las horas necesarias."

3. Ni frío ni caliente, eficiente

La temperatura de tu entorno de trabajo es un factor importante. Si se te va la mano con la calefacción sufrirás de sequedad en las mucosas, piel irritable e incluso dolores de cabeza, por no hablar del derroche energético que acabará pasándote factura (literalmente). Si pones el aire acondicionado demasiado alto también sufrirás consecuencias negativas en tu salud y tu bolsillo.

La solución es acostumbrarte a trabajar a estas temperaturas:

  • Con la calefacción encendida: a 21ºC como mucho, siendo recomendable que te abrigues un poco más y bajes a 20ºC. Tu bolsillo lo va a notar.
  • Con el aire acondicionado encendido: nunca por debajo de 25ºC.
  • Con todo apagado: es la situación ideal para la eficiencia energética y debes aprovecharte de los momentos otoñales y primaverales en los que tu casa consiga mantenerse por sí misma entre los 19ºC y los 26ºC, un rango de temperaturas al que deberías poder trabajar agradablemente si adaptas tu vestimenta a las circunstancias.

"La habitación en la que trabajes debe estar bien aislada para que tu energía no se desperdicie."

4. Menos papel, más tecnología

En estos tiempos ya no tiene sentido depender de los folios y el bolígrafo. Puedes seguir recurriendo a ellos para ciertos momentos de inspiración o para abordar tareas concretas y diferenciadas, pero lo ideal es que te muevas a lo digital.

El almacenamiento en la nube, la introducción de la tecnología en todas las facetas de la vida laboral, la digitalización, la gestión electrónica de documentos… Todo esto permite crear lugares de trabajo más inteligentes y eficientes, en la oficina o fuera de ella.

Utiliza todas las herramientas que tienes a tu disponibilidad. Sobre todo aquellas que ayudan a trabajar de forma conectada con el resto del equipo. La nube debe convertirse en tu gran aliada. Programas de videollamadas como Skype o Google HangOut te permitirán establecer protocolos de comunicación de forma fluida, sencilla y natural, como por ejemplo, realizar una reunión de status a primera o última hora de la jornada laboral. Herramientas de mensajería como Slack son de gran ayuda para desarrollar proyectos de forma compartida al permitir crear distintos hilos (conversaciones) y organizarlos por temáticas de forma intuitiva y sencilla. Tal y como hemos comentado, fijar fechas de entrega de cada una de las tareas nos ayudará a organizarnos y ser más productivos, para ello, Google Calendar y sus calendarios online son una apuesta segura.

La tecnología te permitirá también una comunicación perfecta con tus compañeros de trabajo y jefes. Tu vida laboral solo va a mejorar gracias a aplicaciones cada vez más eficientes que garantizan diálogos fluidos, reuniones a distancia, trabajar conjuntamente en documentos en línea… El fruto de todo esto será más productividad.

"Para aprovechar las ventajas del teletrabajo necesitas estar al día y conocer el software de comunicaciones y productividad que te facilita la vida."

5. Tu casa no es tu trabajo

El último mandamiento del teletrabajador pero posiblemente el más importante para tu salud mental. Puedes trabajar desde casa, pero no puedes vivir en el trabajo. Es imprescindible que diferencies tu espacio de trabajo del resto de tu hogar. De lo contrario, tu espacio vital y tu espacio laboral empezarán a fusionarse de manera peligrosa.

Si no puedes dedicar toda una habitación a tu entorno de trabajo, escoge un rincón perfectamente equipado y decóralo de manera eficiente.

  • Solo los muebles estrictamente necesarios para trabajar.
  • Decoración alegre pero muy sencilla, sin estridencias.
  • Minimizar los focos de interrupciones: si convives con alguien, infórmale de que estás trabajando y no puede molestarte por cualquier minucia.

El peligro de la procrastinación. Dejar para mañana lo que podrías hacer hoy: así podría resumirse el significado de "procrastinar", el verbo que se ha convertido en el enemigo del rendimiento y de la productividad en las empresas.El móvil es una de las mayores fuentes de procrastinación y, precisamente por eso triunfan apps como Focus Lock (gratuita, disponible en Google Play), que permite usar el smartphone para trabajar y bloquear determinadas apps durante un tiempo sin afectar al funcionamiento del dispositivo. Forest puede ser otra gran aliada para el uso del móvil pero también del ordenador, ya que directamente bloquea algunas apps o páginas en el navegador. Por lo tanto, podremos seguir realizando llamadas o entrando en las webs autorizadas y Forest nos mostrará cómo crece nuestro ‘arbolito ficticio’ pero, si caemos en redes sociales o en sites que marquemos como “prohibidos”, nuestro arbolito morirá.

Sociabilizar. El aislamiento acaba afectando a la motivación. Mantén abiertos canales de comunicación con el equipo y, por ejemplo, durante estos días no intentes solucionar lo que se trataría en una reunión o en una conversación face to face a través de un email, sobre todo si implica temas delicados y de fácil malinterpretación. Prioriza el uso de las llamadas o de las videollamadas como vía de comunicación. Además, algo tan sencillo como saludar al inicio de la jornada y despedirse al finalizarla a través de mensajería instantánea reforzará el sentimiento de equipo y ayudará a determinar la disponibilidad de cada uno de los miembros. 

Si te ha gustado este artículo dale like y si conoces a alguien a quien le pueda interesar compártelo. Si deseas más consejos sobre cómo ser más efectivo en tu trabajo contacta conmigo  a través de mi web hectoraguilarcoach.com o a través de redes sociales como Linkedin o Instagram donde me encontrarás bajo el mismo nick hectoraguilarcoach.

Y recuerda, has de mantener el equilibrio entre vida personal-profesional. Trabajar desde casa no puede implicar trabajar o estar disponible para la empresa o para el negocio 24h. Hay que saber parar. Para ser eficientes en el ámbito laboral, la desconexión y el descanso son también importantes. El teletrabajo supone, en cierta manera, el paso de trabajar por horas a trabajar por proyectos y objetivos. Eres libre (o tienes una mayor libertad) para organizar tu tiempo pero los objetivos deben cumplirse.

Teletrabajar no significa que te quedes solo y no puedas pedir consejo o ayuda pero sí que requiere que tengas una cierta autonomía a la hora de realizar tu trabajo.

Ahora ya sabes lo que necesitas para adaptarte a este cambio cultural, aplicalo en tu día a día y trabaja de una manera más productiva y eficaz a la vez que disfrutas de una mayora autonomía y sobretodo más libertad.

¿Por qué posponemos nuestras metas?

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¿Por qué posponemos nuestras metas?

28 de Mayo de 2020 - Por Héctor Aguilar

Probablemente tengas un trabajo que tengas que entregar, un libro que querías leer o un proyecto personal que has pensado miles de veces en desarrollar. Pero por alguna extraña razón has pospuesto todas estas actividades para realizarlas después…¿Te suena? 

Tú sabes que tienes que hacer algo pero tu mente, decide evitar hacerlo por ahora posponerlo todo lo que se pueda y enfocarse en una actividad más placentera, esto es procrastinar.

Christopher Parker dijo que “La procrastinación es como usar una tarjeta de crédito, mucha diversión hasta que llega el recibo de pago”. Y es que aunque procrastinar nada tenga que ver con la gestión del tiempo ni con la productividad, posponerlo todo continuamente, nos causa frustración y afecta gravemente a nuestra vida. ¿Cómo puedo dejar de posponer esos objetivos y metas que son tan importantes para mí?

 

¿Qué es?

Procrastinación, fue una de las palabras más buscadas en la RAE el año pasado, parece que este término nos genera mucha curiosidad. Muchas personas piensan que la procrastinación es una especie de holgazanería, pasar de hacer más cosas o una dejadez continua. Pues siento decir que están equivocados. Entonces te preguntarás... ¿De qué se trata? 

Etimológicamente, “procrastinación” deriva del verbo en latín procrastināre, postergar o posponer hasta mañana. Sin embargo, es más que postergar voluntariamente. La procrastinación también deriva de la palabra del griego antiguo akrasia, hacer algo en contra de nuestro mejor juicio

“Es hacerse daño a uno mismo”, dijo Piers Steel, un profesor de Psicología Motivacional en la Universidad de Calgary.

La autoconciencia, es decir observarnos a nosotros mismos, es una pieza clave para entender por qué procrastinar nos hace sentir mal. Cuando procrastinamos, no solo somos conscientes de que estamos evadiendo la tarea en cuestión, sino también sabemos que hacerlo es probablemente una mala idea. Y aun así, lo hacemos de todas maneras.

Esta es la razón por la que decimos que la procrastinación es esencialmente irracional ya que no tiene sentido hacer algo que sabes que tendrá consecuencias negativas.

La procrastinación no es un defecto del carácter o una maldición misteriosa que ha caído en tu habilidad para administrar el tiempo, sino una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento y más.

“La procrastinación es un problema de regulación de emociones, no un problema de gestión de tiempo”, dijo Tim Pychyl, un profesor de Psicología.

¿Para qué procrastinamos?

¿Pero yo creía que procrastinamos para sentirnos mejor?...Sí, parece irónico, ¿Verdad? Procrastinamos para evitar sentimientos negativos, pero terminamos sintiéndonos aún peor, es porque así es. Y de nuevo, debemos agradecer a la evolución.

La procrastinación es el ejemplo perfecto del sesgo del presente, la tendencia de nuestra mente a dar prioridad a necesidades a corto plazo en vez de las de a largo plazo.

“Realmente no fuimos diseñados para pensar hacia adelante en el futuro más lejano porque necesitábamos enfocarnos en proveernos nosotros mismos en el aquí y ahora”, dijo el psicólogo Hal Hershfield, un profesor de la Universidad de California en Los Ángeles.

La investigación de Hershfield ha mostrado que, a nivel neuronal, percibimos a nuestros yo del futuro más como extraños que como parte de nosotros mismos. Cuando procrastinamos, hay partes de nuestro cerebro que realmente piensan que las tareas que estamos suspendiendo —y los sentimientos negativos que las acompañan y que nos esperan del otro lado— son problema de alguien más.

Cuando nos enfrentamos con una tarea que nos hace sentir ansiosos o inseguros, la amígdala —la parte del cerebro que funciona como “detector de amenazas”— percibe esa tarea como una amenaza genuina, en este caso a nuestra autoestima o nuestro bienestar. Incluso si intelectualmente reconocemos que suspender la tarea nos creará más estrés en el futuro, nuestros cerebros están todavía conectados para preocuparnos más por eliminarla amenaza en el presente. Los investigadores llaman a esto “secuestrar la amígdala”.

Desafortunadamente, no podemos simplemente decirnos a nosotros mismos que dejemos de procrastinar. Y aunque no el eje del problema no tiene que ver con la gestión de tu tiempo, procrastinar continuamente afecta a tu productividad y reduce considerablemente la calidad de tus resultados, pero tranquilas/os , en este podcast compartiré con vosotros  tres maneras para disciplinar tu mente y acostumbrarla a enfocarse en lo que de verdad es importante para ti.

Seguro que en algún momento puedes identificarte con personas procrastinadoras, por más metas que tengan, no consiguen concretarlas y las van postergando para el futuro, siempre aplazando las cosas, esperando el “cuando esté listo”. 

Si tu eres un procrastinador o conoces a alguno seguro que los consejos que os voy a presentar a continuación os ayudarán a cambiar la mentalidad. Pasaréis de procrastinar (esperar al mañana) a actuar (tomar acción hoy) este cambio representará una transformación en cómo te relacionas con esos proyectos que tienes pero que has estado evitando o posponiendo.

Para empezar, has de ser consciente de que tu mente es muy poderosa, es toda una experta en inventar excusas para que no hagas lo que sabes que tienes que hacer: No es importante, mañana lo hago, estoy esperando a sentirme bien para empezar...

¿Te suenan estas excusas? Desde luego es bastante complicado autorregularnos y a nuestra mente le encanta jugarnos malas pasadas. 

Decimos, por ejemplo, que nos gustaría bajar de peso pero no introducimos nuevos hábitos como ir al gimnasio y tampoco variamos nuestras raciones de alimentos. Tu quieres salud pero tu mente quiere otra hamburguesa doble con patatas...Y adivina quién gana. Por esta razón, es muy importante aprender a disciplinar tu mente y la reestructurarla para que deje de salirse siempre con la suya. 

Vamos con los tres pasos que te ayudarán a dejar de procrastinar y te ayudarán a tomar el control de tus decisiones. 

Primer Paso

Lo primero que tienes que hacer dividir la tarta. ¿A qué me refiero con esto? Pues significa que no te puedes comer toda la tarta de una vez, tienes que comerla en pequeñas porciones. 

 Lo mismo sucede con tus objetivos, no puedes bajar de peso en un día, tienes que hacerlo por fases. Si tu objetivo final es ponerte en forma y vivir de una manera más saludable, te invito a ponerte objetivos diarios durante un periodo prolongado de tiempo…

En lugar de decir “quiero bajar de peso” lleva un diario de objetivos donde cada día escribas las actividades que has de llevar a cabo para cumplir tu objetivo. Por ejemplo: Una hora de ejercicio por la mañana, no coger el ascensor en la oficina y cenar una ensalada.

Al final del día, antes de ir a dormir, evalúa si lo has hecho bien y si has cumplido tus tres objetivos diarios, si lo has hecho recompensate, aunque en este caso no lo hagas comiéndote una tarrina de helado o una tableta de chocolate...Me refiero a algo que disfrutes pero que no afecte a tus objetivos.

Recuerda, sin importar cuál sea tu objetivo final, divídelo en pequeños objetivos específicos fáciles de digerir, lo ideal sería que llevaras un control diario de tus objetivos, antes de dormir, dedícale 5 minutos a evaluar tus objetivos y a planificar los del día siguiente, aplicando esta metodología, ese proyecto gigante que tanto has pospuesto deja de intimidarte, al desglosarlo en pequeñas partes la ansiedad pierde poder y desaparece la confusión porque ya sabes:

¿Qué es lo que tienes que hacer?

¿Cuándo y dónde lo tienes que hacer?

Con este conocimiento tu objetivo se vuelve mucho más digerible 

Segundo Paso

Lo segundo que tienes que aprender es eliminar las distracciones. Probablemente ya te hayas dado cuenta de que tu mente es una manipuladora si estás tratando de comer de manera saludable, cualquier anuncio de comida basura parecerá increíblemente irresistible… Si quieres terminar un proyecto, Instagram te resultará mucho más entretenido y si tienes un libro que leer, todas las series de Netflix te parecerán maravillosas. 

Judson Brewer, Director de investigación de la Universidad de Brown dijo que “Nuestra mente está en una constante búsqueda de recompensas relativas. Si tenemos un círculo de hábitos alrededor de la procrastinación pero no hemos encontrado una mejor recompensa, nuestra cerebro continuará haciéndolo una y otra vez hasta que le demos algo mejor que hacer.”

Para reconfigurar cualquier hábito tenemos que darle a nuestro cerebro lo que Brewer llamó “La Mejor y Más Grande Oferta”.

En el caso de la procrastinación, tenemos que encontrar una mejor recompensa que evadir, una que pueda aliviar nuestros sentimientos desafiantes en el presente pero sin causar daño a nuestro yo del futuro. Vivimos en la sociedad de la inmediatez y de la sobreinformación. Tenemos todo lo que necesitamos e incluso lo que no necesitamos al alcance de un click. Vivimos de un mar de distracciones que multiplica por un millón las razones que encontraremos para posponer todos nuestros planes.

Es por ello que la solución a este gran problema de posponerlo todo es completamente interna, es decir, no depende de cualquier cosa excepto de nosotros mismos.

La mente es adicta al placer y busca satisfacer esa necesidad haciendo actividades sencillas que demandan poco esfuerzo, pero recuerda, nuestra mente es como un ordenador, la podemos reprogramar para que asocie el placer con acciones productivas, lo único que tienes que hacer es visualizar todo lo positivo que te aportarán en el futuro el realizar estas acciones productivas. Exacto, visualiza la Mejor y Más Grande Oferta y pon todas tus energías en ello.

Por ejemplo, cuando estés comiendo sano, imagina lo bien que te sentirás y cómo mejorará tu salud en el futuro. Cuando estés realizando un nuevo proyecto imagina lo bien que te vas a sentir al presentarlo. Cuando estés leyendo un libro imagina lo satisfecho que te vas a sentir cuando lo termines. Esta motivación positiva hará que reediseñes tu mente para disfrutar de la comida saludable, trabajar en tus proyectos o cualquier otra actividad que estés posponiendo. 

Pero cuidado, si nunca has disciplinado a tu mente de esta manera va a ser difícil al principio tu mente se comportara como un caballo salvaje, pero ten paciencia, sigue domándola y poco a poco notarás la diferencia, tu mente será más disciplinada y disfrutará más de lo que tu quieres hacer.

Tercer Paso

Por último quiero compartir contigo una técnica muy eficaz y te ayudará a empezar a cambiar el hábito de procrastinar, el método es muy simple pero verás que funciona de manera extraordinaria Se llama la regla 5,4,3,2,1 es muy sencilla pero sumamente efectiva.

Cuando hay algo que sabes que tienes que hacer pero que no quieres haces una cuenta regresiva del 5 al 1 y luego la haces. Por ejemplo, imagina que te quieres levantar a las 6 de la mañana para ir a correr, cuando suena el despertador te das cuenta que tu mente te dice que te apagues el despertador, te des la vuelta y sigas durmiendo….Pues justo en ese momento empieza la cuenta regresiva, tu cabeza empieza a contar 5,4,3,2,1...Y justo antes de que termines de decir el 1 te levantas rápidamente te pones las deportivas y sales a correr. Así de sencillo, sin pensarlo demasiado, solamente haciendo la cuenta regresiva y al final actuando, os puede parecer que estoy de broma pero os invito que lo probéis para que veáis la efectividad de este método.

Esta técnica es increíblemente efectiva, funciona siempre. Créeme que lo más difícil será comenzar porque tu mente seguirá buscando excusas para no realizar la actividad, pero atentos, la mente necesita 5 segundos para crear excusas y justificaciones que te convenzan de que no hagas lo que tienes que hacer, por eso lo único que has de hacer es contar 5,4,3,2,1 y rápidamente pasar a la acción.

Poco a poco dominarás esta técnica y te será más fácil aplicarla. Empieza desde hoy mismo a aplicarla con todo lo que sabes que tienes que hacer pero que has estado postergando, ya sea ese proyecto que has tenido pendiente, ese libro que querías leer o esa hora que querías dedicar a hacer ejercicio, recuerda...5,4,3,2,1 y empieza ya! Te impresionarás lo fácil que te resultará hacer esas actividades que antes buscabas evitar.

Estos tres métodos cambiarán radicalmente la manera en la que te relacionas con tus metas y objetivos. Recuerda primero partir la tarta, separar tu objetivo final en pequeños objetivos o metas específicos. Segundo, eliminar las distracciones, reprogramar tu mente ofreciéndole la “Mejor y Más Grande Oferta” y tercero la regla 5,4,3,2,1 haz la cuenta regresiva y empieza a actuar, no le des tiempo a tu mente de buscar excusas y justificaciones. Aplicando estos tres conceptos notarás que empiezas a disciplinar a tu mente, la estás educando para dejar de procrastinar pero sobretodo estás demostrando que solo tú estás a cargo de la situación.

Conclusión

Recuerda, procrastinar nada tiene que ver con la gestión del tiempo ni la productividad, por tanto no lo solucionarás descargando una aplicación que te gestione el tiempo. Para solucionar el problema de raíz y dejar de procrastinar tendrás que trabajar tus emociones de una manera diferente y ofrecer a tu mente “La Mejor y Más Grande Oferta”. Y por último, te invito a que te hagas a ti mismo una gran pregunta y sobretodo que seas muy honesto a la hora responder, pues te será de gran ayuda. ¿Hasta cuándo vas a seguir posponiendo tu vida? 

Si te ha gustado este artículo dale like y si conoces a alguien a quién le pueda interesar, compártelo. Si te encuentras procrastinando sin poder parar, si no encuentras un propósito en tu vida o si no encuentras la manera de motivarte contacta conmigo a través de mi web hectoraguilarcoach.com o redes sociales como Instagram o LinkedIn.

¿Eres un buen amigo?

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¿Eres un buen amigo?

5 de Mayo de 2020 - Por Héctor Aguilar

La amistad cuando es verdadera es algo maravilloso, ya que te acompaña durante toda la vida, te da inmensas alegrías, comparte contigo  momentos únicos e inolvidables. Está ahí cuando te sientes triste o necesitas un hombro en el que llorar o simplemente un abrazo. 

La amistad es uno de los soportes más importantes que podemos tener en nuestras vidas, los amigos son la familia que escogemos, nuestros compañeros de vida. 

La amistad brinda al ser humano la posibilidad de compartir su mundo interior: sus inquietudes, sus sentimientos, sus cuestionamientos existenciales, todo en un ambiente seguro y con una persona de confianza, que nos escuche y nos brinde una opinión desinteresada. Pero, ¿Cómo distingues a un buen amigo de un compañero? ¿Qué es realmente una amistad verdadera?

 

¿Qué es la amistad?

La amistad es un vínculo o relación afectiva entre dos o más personas, que se rige por valores indispensables como: la confianza, la lealtad, el amor, la generosidad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso. 

Aunque la amistad como valor es también un valor personal en sí mismo. La amistad se funda sobre un sentimiento desinteresado, apareciendo espontáneamente, las amistades se escogen.

Una amistad será sincera cuando la persona lo de todo de sí sin esperar nada a cambio, aunque es necesario que el interés, la predisposición, la continuidad y el vínculo sean recíprocos. Por otro lado, una verdadera amistad debe ser cuidada y aunque no sea necesario mantener el contacto físico o directo para conservar una amistad, deben encontrarse otras formas de comunicación.

En cuanto al significado de amiga o definición de amigo es aquella persona con la que se mantiene este vínculo de forma desinteresada. La amistad no entiende de edades, géneros, tipos de relación, etnias, ideologías, culturas,… 

Tipos de amistad

Son muchos los tipos de amistad definidos a lo largo de la historia, sin embargo, la gran mayoría de ellos han adoptado la división en tres tipos de amistad infundada por Aristóteles

Amistad por placer

La amistad por placer es la más frecuente entre los jóvenes, ya que viven persiguiendo sus pasiones, aquello que les atrae. Esta se basa en una amistad recíproca donde ambos amigos consiguen aquello que desean, mediante un acuerdo común.

Esta amistad tiende a aparecer cuando por ejemplo dos amigos comparten la misma pasión por actividades de deporte, salir de fiesta, tocar en un grupo de música,… son amistades que se fundan mediante una pasión compartida y por ello, tienden a ser más volátiles, debido a que a medida que la edad avanza, nuestras pasiones van cambiando y este tipo de amistad depende del placer mutuo, de modo que cuando los placeres que se persiguen varían, la amistad tiende a desvanecerse. Por este motivo, es frecuente que entre los jóvenes las amistades se funden rápidamente, del mismo modo que se terminan con facilidad.

Amistad por utilidad

En este tipo de amistad, el vínculo que mantiene unidas a las dos personas se centra en recibir algún beneficio mutuo y por ello, tiende a darse entre personas contrarias, ya que uno espera del otro aquello que no tiene. Las amistades por utilidad tienden a ser fáciles de disolver, ya que cuando una de las dos personas deja de ser útil para la otra, la amistad se disuelve.

En la amistad por utilidad son frecuentes las reclamaciones y los reproches, pues si lo que sustenta la amistad es la utilidad, la persona cada vez exige más, debido a que cree que recibe menos de lo que debería merecer. Las reclamaciones únicamente se presentan en este tipo de amistad, pues en las amistades por placer, tras haber compartido los momentos de placer cuando estos cambian las personas se separan, mientras que las amistades por utilidad no se separan tan fácilmente, pues seguirán presentándose como amigos siempre que puedan seguir sacando provecho de la relación de amistad y la amistad verdadera o la amistad por virtud, no entiende de reproches.

Amistad por virtud o amistad verdadera

El tercer tipo de amistad es la amistad por virtud o la amistad verdadera, conocida como la amistad de lo bueno. Este tipo de amistad concibe la valoración de lo bueno y lo virtuoso de la vida, sin ninguna finalidad añadida, sin esperar sacar provecho de nada. Las relaciones de amistad verdadera tienden a mantenerse durante toda la vida, a ser íntimas y profundas y no esconden un porqué, fluyen por sí solas.

En la verdadera amistad ninguno molesta al otro, pues ambos desean compartir su tiempo juntos, en la verdadera amistad ambos se sienten libres de poder compartir libremente, discutiendo sus desacuerdos sin tratar de imponerse uno sobre el otro, en la verdadera amistad se comparten las alegrías y se hace más amena la adversidad. Los verdaderos amigos crecen juntos como personas, son sinceros entre ellos, buscan entenderte sin juzgarte, mantienen una preocupación constante por ti, saben escucharte y ayudarte con el corazón, y todo ello te lo darán sin esperar nada a cambio, únicamente que este amor sea compartido.

Otras formas de amistad, abordadas ya no tanto desde lo filosófico como desde otras perspectivas, nos permiten hablar de:

  • Amigos con “derecho” o con “beneficios”. Se trata de una relación de amistad en la cual las dos personas son, además, compañeros sexuales o eróticos esporádicos, sin que ello en teoría derive hacia relaciones más profundas.
  • Amigo íntimo. Se suele hablar de amigos íntimos o mejores amigos, para separar a aquellos amigos “especiales” o de grado muy profundo, en comparación con los demás: es una distinción especial.
  • Amigo virtual. Se llama así a las amistades que se hacen a través de Internet, ya sea mediante foros, redes sociales, correo electrónico, etc.
  • Falsos amigos. También llamados amigos tóxicos, son aquellos que pretenden ser amigos de alguien o que lo son únicamente por fines interesados.

 

¿Cuántos amigos podemos llegar a tener?

¿Te habías hecho alguna vez esta pregunta? ¿Sabes que hay un estudio científico que habla de esto?

Según Robin Dunbar, en un estudio que realizó en los años 90, El número máximo que somos capaces de gestionar es 150, .Pero la estructura de cómo los organizamos es dinámica. “Si tienes un mejor amigo y se va a vivir fuera, o rompes con tu pareja, de repente te queda un hueco”, según explica el autor. “El cerebro parece que lo detecta y dice: hay sitio libre. A lo mejor en la capa de conocidos no lo notas pero en los primeros círculos sí que detectas ese vacío y lo llenas. Nos comportamos de alguna manera como si fuéramos átomos y tuviéramos electrones”.

Si nuestro tiempo y nuestra inteligencia solo nos permite tener un número determinado de amigos, ¿Qué dice la investigación sobre esas personas que tienen más de 500 amigos en sus redes sociales?

“Las redes sociales permiten que tengamos más amistades, pero las relaciones son mucho más superficiales porque les dedicas menos esfuerzo”, aclara el estudio. Las redes sociales se encargan de recordarnos muchas cosas sobre nuestros amigos, como el día de su cumpleaños. Así que gracias a esta liberación de almacenamiento en nuestro disco duro del cerebro, podemos ampliar hasta 220 relaciones. A partir de ese número, tendremos seguramente amigos de relleno”.

“Hay que analizar también el coste que tiene esto”, argumenta el estudio. “Si estás intentando extender mucho tu red, aunque sea con relaciones muy superficiales, estarás dejando de atender a los buenos amigos. Es como si tuvieras un presupuesto en relaciones. Si te lo gastas en comprar muchas baratijas, al final no podrás tener un buen amigo”.

 ¿Cómo puedo cultivar mis amistades?

Entablar y mantener relaciones saludables supone dar y recibir. En ocasiones, eres quien brinda apoyo y, en otras, eres quien lo recibe. Hacerles saber a tus amigos que te preocupas por ellos y los aprecias puede fortalecer el vínculo. Ser un buen amigo es igual de importante que rodearse de buenas amistades.

Flexibilidad

La adaptación a los distintos ambientes facilita la convivencia y la comunicación al tiempo que permite acrecentar nuestro círculo de amistades. Debemos tomar en cuenta que la persona flexible es amable y servicial siempre, en todo lugar; si sólo tenemos atenciones con las personas que conocemos, no se puede hablar de flexibilidad.

Signos evidentes de flexibilidad son: ceder la palabra; rectificar la opinión, pedir disculpas; participar de las actividades y aficiones que gustan a los demás (siempre y cuando permitan la vivencia de los valores), aceptar los consejos y recomendaciones sobre nuestra persona con sencillez y serenidad.

Como detalle importante, podemos señalar que una persona puede tener varios amigos con intereses diametralmente opuestos; la flexibilidad nos permite alejar ese sentimiento de exclusividad que muchas personas equivocadamente reclaman. Cada persona por ser naturalmente diferente aporta algo distinto en la vida de los demás, en eso consiste el enriquecimiento personal y el cultivo de amistades.

Comunicación

La verdadera comunicación no es una agradable conversación que muchas veces puede ser superficial. Comunicarse significa participar de nuestro yo a nuestros amigos, con la sinceridad de las palabras, transmitiendo nuestros verdaderos puntos de vista y manera de sentir: sólo así existe un intercambio real de pensamientos que desembocan en la comprensión y el entendimiento.

La forma más simple de conservar una amistad es manteniendo contacto frecuente con nuestros amigos sin importar la distancia, pues unos minutos bastan para hacer una llamada o escribir un correo electrónico. Preguntar por el estado de salud, el trabajo, cuál fue el resultado de sus últimos planes, enviar saludos a la familia… tantas cosas que podemos decir que demuestran interés y sincera amistad.

Desgraciadamente hay personas que se llaman amigos pero sólo aparecen cuando necesitan algo.

Generosidad

Lo importante de este valor es hacer lo posible por otorgar nuestro tiempo, recursos, conocimientos y cualidades cuando los demás lo necesiten, donde no importa si piden o no nuestra intervención. Muchas veces esperamos que nuestros amigos estén a nuestra disposición y lo demuestran con hechos; pero, en ocasiones, por distracción o simple comodidad no correspondemos de la misma manera, ¿no es esto una forma de aprovechar y utilizar la amistad en beneficio personal?

La generosidad no tiene barreras, pues los amigos dan su persona desinteresadamente y sin límites: están pendientes de las preocupaciones y necesidades; acompañándose en la enfermedad o en los malos momentos; gozan de los triunfos y las alegrías, sin el sentimiento mezquino de la envidia; la generosidad se extiende a las cosas materiales, la ayuda para reparar el auto…

Lealtad

No hay riqueza más valiosa que un buen amigo seguro. Ser leal supone ser persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva consigo; los amigos nobles no critican, ni murmuran, ni traicionan una confidencia personal y siempre se encuentra veracidad en sus palabras. Son verdaderos amigos quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos.

Ser leal también es hablar claro y ser franco; la lealtad también se demuestra al corregir a un amigo que se equivoca.

Agradecimiento

Un pequeño detalle de agradecimiento fortalece nuestra amistad significativamente, no pensemos en objetos, devolver el favor en la misma proporción o cualquier cosa extraña, entre los amigos basta dar las gracias sinceramente como reconocimiento a la ayuda que hemos recibido. Pero hay que decirlo.

Debemos tomar en cuenta que los pequeños detalles son espontáneos y representan verdaderas muestras de afecto, pero nunca deben aparecer como “pago” al beneficio que desinteresadamente recibimos, pues los obsequios, invitaciones y otros detalles, son elementos naturales de una amistad.

Los verdaderos amigos siempre nos ayudarán a superarnos y a vivir mejor, porque el interés está puesto en la persona, no en sus pertenencias, posición o lo divertido que pueda ser. La confianza, el consejo oportuno sobre las buenas costumbres, hábitos, diversiones o el orden de nuestros afectos, constituyen muestras claras de aprecio, compromiso y responsabilidad.

Los valores nos ayudan a encontrar nuevos amigos y mejores amistades, porque nuestra actitud es franca y abierta para todas las personas. Ser un “mejor amigo” no es un objetivo para buscar el reconocimiento o alimentar nuestra vanidad, es una forma de elevar la calidad de las relaciones humanas con nuestro ejemplo.

¿Cuáles son los beneficios de tener amistades?

Tener buenos amigos es bueno para tu salud. Los amigos pueden ayudarte a celebrar los momentos buenos y brindan apoyo durante los momentos malos. Los amigos previenen la soledad y también te dan la oportunidad de ofrecer la compañía que necesitan. Además, los amigos:

  • Aumentan la sensación de pertenencia y de propósito
  • Aumentan la felicidad y reducen el estrés
  • Mejoran la confianza en uno mismo y la autoestima
  • Te ayudan a enfrentar las situaciones traumáticas, como el divorcio, la enfermedades graves, la pérdida de trabajo o la muerte de un ser querido
  • Te motivan para cambiar o evitar que lleves un estilo de vida poco saludable, como tomar alcohol en exceso o no hacer ejercicio

Los adultos con un fuerte apoyo social tienen menor riesgo de muchos problemas de salud importantes; por ejemplo, depresión, presión arterial alta y un índice de masa corporal (IMC) poco saludable. Incluso, los estudios revelaron que los adultos mayores con una gran vida social viven más tiempo que otros adultos mayores con menos relaciones.

Está evidenciado que el aislamiento tiene una gran incidencia en la mortalidad; de hecho, hay estudios que afirman que la falta de apoyo psicológico puede equiparar sus efectos nocivos sobre nuestra salud al tabaco, la alta de tensión arterial, el nivel de colesterol alto, la obesidad o la falta de ejercicio físico.

En este sentido podemos afirmar que los estrechos lazos que creamos con los demás duplican nuestro bienestar y dividen la angustia por la mitad. Porque crear relaciones emocionales próximas nos fortalece, de eso no cabe duda.

Bien es cierto que no es fácil lograr una proximidad psicológica satisfactoria con la gente que nos rodea, pues muchas veces las decepciones nos hacen preferir la soledad. Sin embargo, mientras esta misma soledad no se convierta en aislamiento, nuestra salud no tiene por qué verse perjudicada.

La amistad crea lazos afectivos

Estar rodeados de gente que nos quiere nos hace psicológicamente fuertes y previene dificultades emocionales derivadas de cuestiones diversas como un divorcio, un obstáculo económico o una enfermedad.

Cuando hablamos de habilidades emocionales nos referimos a nuestra capacidad de reconocimiento, canalización y dominación de los sentimientos propios, la empatía y los sentimientos que aparecen en las relaciones sociales.

Esa sensación maravillosa de tener un cordón de seguridad emocional que nos protege no se puede comparar con nada. Sentir que nos quieren no solo es esperanzador, sino reforzante y revitalizante.

Ser conscientes de que quieren verte, hablar contigo e interesarse por cómo estás nos otorga un estatus emocional que nos rescata del abismo en infinidad de ocasiones. Por eso podemos estar seguros de que esas personas a las que tantos queremos constituyen una parte importantísima de nuestro flotador vital.

 5 Consejos para conservar amistades

1. Hablar sobre nuestros intereses comunes

Uno de los primeros consejos para elegir mejor a los amigos es hablar sobre nuestros intereses comunes. Si bien en un primer acercamiento podemos sentir simpatía por la otra persona, es conveniente tener una conversación en la que podamos darnos cuenta de que compartimos algunas aficiones o pasatiempos.

¿Por qué esto es necesario? Porque necesitamos hacer planes con nuestros amigos para conocerlos todavía más y fortalecer nuestra relación. En el caso de que no tengamos ningún ocio que nos una, ¿de qué forma podríamos planear un fin de semana o una escapada? Sería imposible. Por lo tanto, hablar sobre nuestros intereses comunes nos permitirá encontrar a personas afines con las que compartir nuestro tiempo libre.

2. Detectar si solo nos buscan cuando nos necesitan

El segundo de los consejos para elegir mejor a los amigos es observar. Identificar si se acercan a nosotros porque les apetece hacer planes y compartir su tiempo, realizando alguna actividad conjunta, o si, por el contrario, tan solo nos buscan cuando les hacemos falta. Esto lo detectaremos de una forma muy fácil, pues cuando quieran quedar con nosotros siempre será para ir a buscar un título, asistir a algún curso o para que les hagamos un favor.

Cuando esta situación se prolongue en el tiempo, empezaremos a sentirnos mal. De hecho, nos daremos cuenta de que nosotros siempre le proponemos a nuestros amigos quedar para tomar un café o charlar. También, en muchas ocasiones, ellos no estarán disponibles para nosotros cuando necesitemos hablar o desahogarnos. Aspectos importantes que deberíamos tener en cuenta.

3. ¿Cómo tratan a las demás personas?

Este consejo es muy importante y necesario. Aunque una persona nos trate bien, esto no quiere decir que comparta nuestros mismos valores o sea la persona con la que deseemos tener una amistad. Por esta razón, es imprescindible que nos fijemos en cómo trata a otras personas. Otros amigos o, incluso, familiares.

Imaginémonos que siempre nos encontramos muy a gusto con un amigo, comparte nuestras opiniones, podemos debatir sobre diferentes temas sin problemas… Pero, un día con su pareja o alguno de sus padres muestra una parte de su personalidad opuesta a todo esto. Prestar atención a esta circunstancia nos permitirá sacar nuestras propias conclusiones y tomar una decisión.

4. Abordemos temas controvertidos

Hablar sobre política, por ejemplo, puede ser un tema controvertido con el que poner en práctica este punto. Se trata de elegir aquellos temas más sensibles sobre los que podamos charlar con nuestros amigos para saber cómo reaccionan. Quizás nos demos cuenta de que para algunos son tabú o que otros piensan que su opinión es la única que importa.

Abordar temas controvertidos también nos ayudará a medir el grado de tolerancia que tienen nuestros amigos. Aunque no pensemos igual sobre un determinado tema, es importante que respetemos las opiniones de los demás y que las escuchemos tal y como esperamos que hagan con las nuestras.

5. No nos obsesionemos con encontrar al amigo perfecto

El último de los consejos es que no nos obsesionemos con encontrar al amigo perfecto. Esto solo provocará que estemos siempre en una constante búsqueda y que sintamos que no encajamos con nadieDebemos elegir mejor a los amigos, pero no convertirnos en personas inflexibles.

Nuestro objetivo debe ser escoger a aquellas personas que realmente nos aporten. Asimismo, es conveniente que analicemos a las amistades con las que mantenemos una relación de muchos años. ¿Nos siguen sumando o, por el contrario, ahora tan solo restan?

Reflexiones sobre la amistad verdadera

Una de las frases de amistad verdadera más conocidas es que "quien tiene un amigo tiene un tesoro", pues la amistad es el tesoro más preciado que se puede poseer. 

Un buen amigo te abrazará cuando estés triste y secará tus lágrimas, del mismo modo que te sacará tu mejor sonrisa, celebrará tus logros, te acompañará en tus fracasos y permanecerá a tu lado cuando el mundo te de la espalda.

Una amistad verdadera es una amistad para toda una vida y por ello es muy importante valorar cuáles son aquellas amistades que vale la pena que permanezcan a nuestro lado.

Aprender a distinguir un buen amigo de un compañero puede ser difícil en muchas ocasiones, pero para saber si una amistad es verdadera céntrate en los valores de amistad que hemos hablado.

¿Y tú, eres un buen amigo? 

Recuerda que nunca es demasiado tarde para entablar amistades nuevas o volver a conectarte con viejos amigos. Invertir tiempo en hacer amigos y fortalecer tus amistades puede traducirse en una mejor salud y un panorama más prometedor para el futuro.