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¿Por qué posponemos nuestras metas?

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¿Por qué posponemos nuestras metas?

28 de Mayo de 2020 - Por Héctor Aguilar

Probablemente tengas un trabajo que tengas que entregar, un libro que querías leer o un proyecto personal que has pensado miles de veces en desarrollar. Pero por alguna extraña razón has pospuesto todas estas actividades para realizarlas después…¿Te suena? 

Tú sabes que tienes que hacer algo pero tu mente, decide evitar hacerlo por ahora posponerlo todo lo que se pueda y enfocarse en una actividad más placentera, esto es procrastinar.

Christopher Parker dijo que “La procrastinación es como usar una tarjeta de crédito, mucha diversión hasta que llega el recibo de pago”. Y es que aunque procrastinar nada tenga que ver con la gestión del tiempo ni con la productividad, posponerlo todo continuamente, nos causa frustración y afecta gravemente a nuestra vida. ¿Cómo puedo dejar de posponer esos objetivos y metas que son tan importantes para mí?

 

¿Qué es?

Procrastinación, fue una de las palabras más buscadas en la RAE el año pasado, parece que este término nos genera mucha curiosidad. Muchas personas piensan que la procrastinación es una especie de holgazanería, pasar de hacer más cosas o una dejadez continua. Pues siento decir que están equivocados. Entonces te preguntarás... ¿De qué se trata? 

Etimológicamente, “procrastinación” deriva del verbo en latín procrastināre, postergar o posponer hasta mañana. Sin embargo, es más que postergar voluntariamente. La procrastinación también deriva de la palabra del griego antiguo akrasia, hacer algo en contra de nuestro mejor juicio

“Es hacerse daño a uno mismo”, dijo Piers Steel, un profesor de Psicología Motivacional en la Universidad de Calgary.

La autoconciencia, es decir observarnos a nosotros mismos, es una pieza clave para entender por qué procrastinar nos hace sentir mal. Cuando procrastinamos, no solo somos conscientes de que estamos evadiendo la tarea en cuestión, sino también sabemos que hacerlo es probablemente una mala idea. Y aun así, lo hacemos de todas maneras.

Esta es la razón por la que decimos que la procrastinación es esencialmente irracional ya que no tiene sentido hacer algo que sabes que tendrá consecuencias negativas.

La procrastinación no es un defecto del carácter o una maldición misteriosa que ha caído en tu habilidad para administrar el tiempo, sino una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento y más.

“La procrastinación es un problema de regulación de emociones, no un problema de gestión de tiempo”, dijo Tim Pychyl, un profesor de Psicología.

¿Para qué procrastinamos?

¿Pero yo creía que procrastinamos para sentirnos mejor?...Sí, parece irónico, ¿Verdad? Procrastinamos para evitar sentimientos negativos, pero terminamos sintiéndonos aún peor, es porque así es. Y de nuevo, debemos agradecer a la evolución.

La procrastinación es el ejemplo perfecto del sesgo del presente, la tendencia de nuestra mente a dar prioridad a necesidades a corto plazo en vez de las de a largo plazo.

“Realmente no fuimos diseñados para pensar hacia adelante en el futuro más lejano porque necesitábamos enfocarnos en proveernos nosotros mismos en el aquí y ahora”, dijo el psicólogo Hal Hershfield, un profesor de la Universidad de California en Los Ángeles.

La investigación de Hershfield ha mostrado que, a nivel neuronal, percibimos a nuestros yo del futuro más como extraños que como parte de nosotros mismos. Cuando procrastinamos, hay partes de nuestro cerebro que realmente piensan que las tareas que estamos suspendiendo —y los sentimientos negativos que las acompañan y que nos esperan del otro lado— son problema de alguien más.

Cuando nos enfrentamos con una tarea que nos hace sentir ansiosos o inseguros, la amígdala —la parte del cerebro que funciona como “detector de amenazas”— percibe esa tarea como una amenaza genuina, en este caso a nuestra autoestima o nuestro bienestar. Incluso si intelectualmente reconocemos que suspender la tarea nos creará más estrés en el futuro, nuestros cerebros están todavía conectados para preocuparnos más por eliminarla amenaza en el presente. Los investigadores llaman a esto “secuestrar la amígdala”.

Desafortunadamente, no podemos simplemente decirnos a nosotros mismos que dejemos de procrastinar. Y aunque no el eje del problema no tiene que ver con la gestión de tu tiempo, procrastinar continuamente afecta a tu productividad y reduce considerablemente la calidad de tus resultados, pero tranquilas/os , en este podcast compartiré con vosotros  tres maneras para disciplinar tu mente y acostumbrarla a enfocarse en lo que de verdad es importante para ti.

Seguro que en algún momento puedes identificarte con personas procrastinadoras, por más metas que tengan, no consiguen concretarlas y las van postergando para el futuro, siempre aplazando las cosas, esperando el “cuando esté listo”. 

Si tu eres un procrastinador o conoces a alguno seguro que los consejos que os voy a presentar a continuación os ayudarán a cambiar la mentalidad. Pasaréis de procrastinar (esperar al mañana) a actuar (tomar acción hoy) este cambio representará una transformación en cómo te relacionas con esos proyectos que tienes pero que has estado evitando o posponiendo.

Para empezar, has de ser consciente de que tu mente es muy poderosa, es toda una experta en inventar excusas para que no hagas lo que sabes que tienes que hacer: No es importante, mañana lo hago, estoy esperando a sentirme bien para empezar...

¿Te suenan estas excusas? Desde luego es bastante complicado autorregularnos y a nuestra mente le encanta jugarnos malas pasadas. 

Decimos, por ejemplo, que nos gustaría bajar de peso pero no introducimos nuevos hábitos como ir al gimnasio y tampoco variamos nuestras raciones de alimentos. Tu quieres salud pero tu mente quiere otra hamburguesa doble con patatas...Y adivina quién gana. Por esta razón, es muy importante aprender a disciplinar tu mente y la reestructurarla para que deje de salirse siempre con la suya. 

Vamos con los tres pasos que te ayudarán a dejar de procrastinar y te ayudarán a tomar el control de tus decisiones. 

Primer Paso

Lo primero que tienes que hacer dividir la tarta. ¿A qué me refiero con esto? Pues significa que no te puedes comer toda la tarta de una vez, tienes que comerla en pequeñas porciones. 

 Lo mismo sucede con tus objetivos, no puedes bajar de peso en un día, tienes que hacerlo por fases. Si tu objetivo final es ponerte en forma y vivir de una manera más saludable, te invito a ponerte objetivos diarios durante un periodo prolongado de tiempo…

En lugar de decir “quiero bajar de peso” lleva un diario de objetivos donde cada día escribas las actividades que has de llevar a cabo para cumplir tu objetivo. Por ejemplo: Una hora de ejercicio por la mañana, no coger el ascensor en la oficina y cenar una ensalada.

Al final del día, antes de ir a dormir, evalúa si lo has hecho bien y si has cumplido tus tres objetivos diarios, si lo has hecho recompensate, aunque en este caso no lo hagas comiéndote una tarrina de helado o una tableta de chocolate...Me refiero a algo que disfrutes pero que no afecte a tus objetivos.

Recuerda, sin importar cuál sea tu objetivo final, divídelo en pequeños objetivos específicos fáciles de digerir, lo ideal sería que llevaras un control diario de tus objetivos, antes de dormir, dedícale 5 minutos a evaluar tus objetivos y a planificar los del día siguiente, aplicando esta metodología, ese proyecto gigante que tanto has pospuesto deja de intimidarte, al desglosarlo en pequeñas partes la ansiedad pierde poder y desaparece la confusión porque ya sabes:

¿Qué es lo que tienes que hacer?

¿Cuándo y dónde lo tienes que hacer?

Con este conocimiento tu objetivo se vuelve mucho más digerible 

Segundo Paso

Lo segundo que tienes que aprender es eliminar las distracciones. Probablemente ya te hayas dado cuenta de que tu mente es una manipuladora si estás tratando de comer de manera saludable, cualquier anuncio de comida basura parecerá increíblemente irresistible… Si quieres terminar un proyecto, Instagram te resultará mucho más entretenido y si tienes un libro que leer, todas las series de Netflix te parecerán maravillosas. 

Judson Brewer, Director de investigación de la Universidad de Brown dijo que “Nuestra mente está en una constante búsqueda de recompensas relativas. Si tenemos un círculo de hábitos alrededor de la procrastinación pero no hemos encontrado una mejor recompensa, nuestra cerebro continuará haciéndolo una y otra vez hasta que le demos algo mejor que hacer.”

Para reconfigurar cualquier hábito tenemos que darle a nuestro cerebro lo que Brewer llamó “La Mejor y Más Grande Oferta”.

En el caso de la procrastinación, tenemos que encontrar una mejor recompensa que evadir, una que pueda aliviar nuestros sentimientos desafiantes en el presente pero sin causar daño a nuestro yo del futuro. Vivimos en la sociedad de la inmediatez y de la sobreinformación. Tenemos todo lo que necesitamos e incluso lo que no necesitamos al alcance de un click. Vivimos de un mar de distracciones que multiplica por un millón las razones que encontraremos para posponer todos nuestros planes.

Es por ello que la solución a este gran problema de posponerlo todo es completamente interna, es decir, no depende de cualquier cosa excepto de nosotros mismos.

La mente es adicta al placer y busca satisfacer esa necesidad haciendo actividades sencillas que demandan poco esfuerzo, pero recuerda, nuestra mente es como un ordenador, la podemos reprogramar para que asocie el placer con acciones productivas, lo único que tienes que hacer es visualizar todo lo positivo que te aportarán en el futuro el realizar estas acciones productivas. Exacto, visualiza la Mejor y Más Grande Oferta y pon todas tus energías en ello.

Por ejemplo, cuando estés comiendo sano, imagina lo bien que te sentirás y cómo mejorará tu salud en el futuro. Cuando estés realizando un nuevo proyecto imagina lo bien que te vas a sentir al presentarlo. Cuando estés leyendo un libro imagina lo satisfecho que te vas a sentir cuando lo termines. Esta motivación positiva hará que reediseñes tu mente para disfrutar de la comida saludable, trabajar en tus proyectos o cualquier otra actividad que estés posponiendo. 

Pero cuidado, si nunca has disciplinado a tu mente de esta manera va a ser difícil al principio tu mente se comportara como un caballo salvaje, pero ten paciencia, sigue domándola y poco a poco notarás la diferencia, tu mente será más disciplinada y disfrutará más de lo que tu quieres hacer.

Tercer Paso

Por último quiero compartir contigo una técnica muy eficaz y te ayudará a empezar a cambiar el hábito de procrastinar, el método es muy simple pero verás que funciona de manera extraordinaria Se llama la regla 5,4,3,2,1 es muy sencilla pero sumamente efectiva.

Cuando hay algo que sabes que tienes que hacer pero que no quieres haces una cuenta regresiva del 5 al 1 y luego la haces. Por ejemplo, imagina que te quieres levantar a las 6 de la mañana para ir a correr, cuando suena el despertador te das cuenta que tu mente te dice que te apagues el despertador, te des la vuelta y sigas durmiendo….Pues justo en ese momento empieza la cuenta regresiva, tu cabeza empieza a contar 5,4,3,2,1...Y justo antes de que termines de decir el 1 te levantas rápidamente te pones las deportivas y sales a correr. Así de sencillo, sin pensarlo demasiado, solamente haciendo la cuenta regresiva y al final actuando, os puede parecer que estoy de broma pero os invito que lo probéis para que veáis la efectividad de este método.

Esta técnica es increíblemente efectiva, funciona siempre. Créeme que lo más difícil será comenzar porque tu mente seguirá buscando excusas para no realizar la actividad, pero atentos, la mente necesita 5 segundos para crear excusas y justificaciones que te convenzan de que no hagas lo que tienes que hacer, por eso lo único que has de hacer es contar 5,4,3,2,1 y rápidamente pasar a la acción.

Poco a poco dominarás esta técnica y te será más fácil aplicarla. Empieza desde hoy mismo a aplicarla con todo lo que sabes que tienes que hacer pero que has estado postergando, ya sea ese proyecto que has tenido pendiente, ese libro que querías leer o esa hora que querías dedicar a hacer ejercicio, recuerda...5,4,3,2,1 y empieza ya! Te impresionarás lo fácil que te resultará hacer esas actividades que antes buscabas evitar.

Estos tres métodos cambiarán radicalmente la manera en la que te relacionas con tus metas y objetivos. Recuerda primero partir la tarta, separar tu objetivo final en pequeños objetivos o metas específicos. Segundo, eliminar las distracciones, reprogramar tu mente ofreciéndole la “Mejor y Más Grande Oferta” y tercero la regla 5,4,3,2,1 haz la cuenta regresiva y empieza a actuar, no le des tiempo a tu mente de buscar excusas y justificaciones. Aplicando estos tres conceptos notarás que empiezas a disciplinar a tu mente, la estás educando para dejar de procrastinar pero sobretodo estás demostrando que solo tú estás a cargo de la situación.

Conclusión

Recuerda, procrastinar nada tiene que ver con la gestión del tiempo ni la productividad, por tanto no lo solucionarás descargando una aplicación que te gestione el tiempo. Para solucionar el problema de raíz y dejar de procrastinar tendrás que trabajar tus emociones de una manera diferente y ofrecer a tu mente “La Mejor y Más Grande Oferta”. Y por último, te invito a que te hagas a ti mismo una gran pregunta y sobretodo que seas muy honesto a la hora responder, pues te será de gran ayuda. ¿Hasta cuándo vas a seguir posponiendo tu vida? 

Si te ha gustado este artículo dale like y si conoces a alguien a quién le pueda interesar, compártelo. Si te encuentras procrastinando sin poder parar, si no encuentras un propósito en tu vida o si no encuentras la manera de motivarte contacta conmigo a través de mi web hectoraguilarcoach.com o redes sociales como Instagram o LinkedIn.

¿Cómo gestionar el cambio en tiempos de crisis?

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¿Cómo gestionar el cambio?

6 de Mayo de 2020 - Por Héctor Aguilar

La vida es un viaje maravilloso, pero no es estático, ya que siempre estamos en un cambio constante. Todo tiene un principio y un final... puede que ayer tuviéramos trabajo y hoy ya no lo tenemos. Aceptar que la vida es cambio nos permite vivir el aquí y ahora de una manera más tranquila, disfrutar de todos aquellos y todo aquello que tenemos, sin preocuparnos de si lo perderemos o no.

Es imprescindible aprender a cerrar etapas, capítulos o historias de nuestra vida porque precisamente eso es vivir: cambiar, renovarse y no permanecer en la famosa zona de confort más tiempo del necesario, ya que no nos hace bien.

¡Sí!, la vida es así de caprichosa. Insiste en cambiarnos todo lo que se le antoja. Pero estaréis conmigo que cuando nos quedamos anclados por miedo y viviendo en una vida que no nos está aportando nada, en realidad estamos dejando de vivir con plenitud y sobretodo estamos desaprovechando todas esas oportunidades que están ahí afuera esperándonos.

Las cosas cambian constantemente. Las estaciones del año, las mareas, nuestro cuerpo es un ejemplo perfecto ya que genera nuevas células para reemplazar las viejas cada 7 años... De hecho, aunque se haya entrado en la mediana edad, puede que muchos de nosotros tengamos 10 años o menos. Sí! Esta alentadora verdad emana del hecho de que muchos de nuestros tejidos corporales están sometidos a un constante cambio y renovación. 

Como decía Heráclito, un filósofo griego: “no nos bañamos dos veces en las aguas de un mismo río, ni siquiera una vez”, ya que estas fluyen constantemente. Simplemente, el cambio es algo garantizado.

La vida es cambio, nosotros somos cambio, nuestro cuerpo cambia, pero…¿por qué nos cuesta tanto el cambio?

Pues por un sencillo motivo, nuestro maravilloso cerebro es el resultado de 2 millones y medio de años de evolución, nos ha permitido llegar hasta aquí como especie, porque el cerebro está perfectamente preparado para la supervivencia, pero está muy mal preparado para la felicidad.

Cómo podríamos ser más felices, pues asumiendo el cambio, pero sí a la vez nos cuesta, y por qué nos cuesta? La respuesta e que nuestra mente va más deprisa que nuestros sentimientos. Podemos comprender la bondad de las cosas que nos ocurren o incluso el sentido de la muerte de un ser querido enfermo y muy mayor. Sin embargo, por mucho que comprendamos, no significa que no suframos o que no nos adentremos en desiertos emocionales. 

En este podcast vamos a analizar la curva del cambio. Concretamente la que voy a compartir contigo a continuación es una representación gráfica de lo que Pilar Jericó describe como «el viaje del héroe» (seguro te suena porque Joseph Campbell ya escribió sobre el tema en su libro El héroe de las mil caras).

Es esencial conocer las etapas que nosotros vivimos ante el cambio, para poder entenderlas y para poder acelerarlas ya que en la medida que podamos acelerarlas, podremos ser un poquito más felices, el objetivo pues es comprender que nos ocurre para acelerar dicha curva.

Cuando nos enfrentamos a cambios difíciles, nunca hay atajos, es decir, es muy importante tener en cuenta que esta curva que analizaremos a continuación significa que tenemos que vivir distintas etapas y tenemos que vivirlas todas, eso no lo podemos variar lo que sí que podemos hacer es acelerar el proceso.

Otra cosa importante es que tengas presente que ante cada una de estas etapa del cambio tenemos siempre dos alternativas: una alternativa es quejarnos… ¿Por qué me ocurre esto a mi? ¿Por qué yo?… Algo que suele sucedernos bastante ya que nos encanta quejarnos. La otra alternativa es vivirlo desde el protagonismo, verlo como una invitación para hacer algo, encontrarle el significado a esto que nos está pasando.

Si lo vivimos desde esta segunda opción vamos a estar mucho más preparados, vamos a estar mucho más fuertes para asumir los retos que tenemos por delante exprimiendo nuestro potencial.

Bien, vamos pues a conocer la curva del cambio, la cual os invito a interiorizar ya que  cuando lo hayáis hecho os daréis cuenta de que está presente en muchas películas. Todas esas películas con buenos guiones, con buenas historias de héroes o por ejemplo las películas de Disney, todos los personajes de estas películas van a atravesar todas las fases de la curva del cambio, así que os invito a que cuando conozcáis la curva volváis a ver esas películas que tanto os gustan y entenderéis por fin por qué Mufasa, el padre de Simba, murió y todos nos llevamos ese disgusto. Bien pues murió porque todos los héroes tienen un desierto que cruzar antes del gran cambio.

Las personas sabias y curtidas son las personas que han sabido superar todas esas fases y han sabido visitarlas con mucha conciencia. Por lo tanto, en la medida que lo conozcamos, a parte de saber qué ocurre en las películas de Disney, nos va a ayudar a nosotros a disponer de armas para poder afrontar con éxito los cambio

Llamada a la aventura

La primera fase es cuando algo sucede, la crisis o en positivo la llamada a la aventura, algo sucede y tenemos que responder. La llamada a la aventura siempre puede ser por dos motivos: llamada del cielo o llamada del trueno.

¿Qué significa llamada del cielo? Es algo que yo voy a buscar: una nueva relación, un nuevo proyecto, un nuevo empleo, es algo que tu deseas y te mueves por la curiosidad… El problema no lo tenemos aquí, el problema del cambio está en la llamada del trueno, cuando cae un rayo y nos parte la vida, la llamada del trueno.

Frustraciones, errores, despidos… todo aquello que no nos gusta vivir, y luego tenemos truenos más grandes como la pérdida de un ser querido o una enfermedad...Estos son truenos en dimensiones importantes.

Lo que es interesante es que para atravesar esta fase tenemos que preguntarnos algo importante… ¿Qué invitación me está haciendo la vida para dar lo mejor de mi?

Si en este momento decides empezar a preguntarte: por qué yo… por qué me ha pasado a mi...no vas a poder extraer lo mejor de ti ya que no estarás escogiendo ser el héroe de tu historia sino la víctima.

Negación

No hay héroe que no tenga un momento de debilidad o de duda. El motivo es sencillo: nuestra mente nos quiere proteger y actúa como un parapeto para aceptar los cambios. En esta fase están las quejas, los enfados, culpar al otro o caer en el victimismo, que busca evitar responsabilidades o simplemente, protegernos de emociones que a veces nos superan. Por ejemplo, cuando vivimos algo doloroso, como un despido o una separación. En estos momentos, existen personas que pueden creer que están bien, sin embargo, su humor es amargo o cae en un estado más irritable. 

La negación "niega" la realidad, nuestras emociones o nuestras responsabilidades y es posiblemente, la fase más difícil de superar. 

Una buena pregunta que podríamos hacernos en esta fase sería: ¿Qué me está doliendo?

Miedo

Es la emoción reina en nuestra vida y que siempre nos acompañará. Sin embargo, cuando dejamos de echar culpa al mundo que nos rodea y miramos un poco hacia dentro, aparece el miedo con gran intensidad. Existen dos tipos de miedo: el sano, que es la prudencia y el tóxico, que es el que nos paraliza. El desafío no es no tener miedo, puesto que neurológicamente es imposible, sino seguir adelante a pesar del miedo. La reflexión que nos ayuda es:

Una reflexión que podríamos hacer en esta fase sería, A pesar de mi miedo, ¿qué decisiones podría tomar para conseguir mi objetivo?

Travesía por el desierto 

Cuando caemos en la frustración o aceptamos una pérdida llegamos a lo que Pilar llama el desierto. No existe héroe ni en los cuentos ni en las religiones que no atraviesen su desierto metafórico, incluso Simba lo atravesó. Es el momento de rendición, de aceptar el dolor y de tocar con nuestra humildad. El desierto siempre es un lugar de “intercambio”. Perdemos cosas para ganar otras. Es imposible abrirnos a aprendizajes nuevos si no desaprendemos otros. Pueden durar minutos o meses. Lógicamente, cuando nos enfrentamos a una pérdida dolorosa el desierto se convierte en una noche oscura, con profundidades emocionales mucho más complejas. Por ello, si queremos salir del dolor el único camino es aceptarlo y no negarlo. La mirada positiva es válida solo cuando se ha aceptado lo que nos duele, no cuando se niega. De ahí, la fuerza transformadora de los desiertos. La reflexión en esta fase es:

¿De qué tengo que despedirme para continuar adelante? ¿qué nuevas posibilidades se abren?

Nueva realidad y nuevos hábitos

Todo el mundo salimos del desierto en mayor o menor medida, excepto casos de pérdidas extremas, que siempre dejan una cicatriz profunda y difícil. Una vez salimos del desierto es cuando aparece una nueva realidad (un término que escuchamos mucho estos días) esta nueva realidad se acompaña de unos nuevos hábitos, esto es el cambio. 

Aceptamos un despido o un fracaso profesional cuando hemos transitado por el dolor y comenzamos a hacer cosas diferentes. En dicho momento, hemos integrado el proceso y vamos experimentando con una nueva realidad. Sí ya hemos cambiado.

El cambio nos genera incertidumbre y esa incertidumbre nos da miedo. Tenemos mucho deseo de control, pero como seres racionales que somos, es preciso aprender que la seguridad no existe, lo único asegurado que tenemos es la muerte. Por mucho que intentemos controlar nuestro mundo, habrá ciertas situaciones o circunstancias que sucederán sin que lo esperemos y sin que tengamos ningún poder para modificarlas.

Por lo tanto, deja de intentar controlar, no puedes y te creará mucho malestar. Interioriza la idea, real y verdadera, de que las cosas pueden terminarse y eso estará bien porque es lo normal, forma parte de la vida . Porque como hemos dicho, la vida es cambio y si llega ahora que ya conoces las fases por las que pasarás, vívelas de manera consciente para acelerarlas.

No quieras permanecer donde ya no hay que estar por miedo a la incertidumbre. Quizás hoy sufras por haber cerrado un capítulo, pero mañana te alegrarás y volverás a abrir otro y lo más seguro es que sea mucho mejor. Será mejor porque tú lo harás mejor, habrás aprendido de las anteriores etapas, habrás sacado conclusiones y habrás madurado como persona.

Tómate los recuerdos como lo que son e intenta no mezclarlos con sentimientos demasiado exagerados. Lo que se fue ya no volverá y no merece la pena darle vueltas. Ahora tienes ante ti una nueva etapa, para descubrir, para explorar, para conocerte mejor y sobre todo para apreciar y disfrutar.

Toda etapa encierra un placer, algo positivo, algo nuevo, nunca nada es totalmente malo, aunque ahora mismo no tengas la capacidad para darte cuenta de ello

Si reflexionas fríamente, alejado de las emociones, verás que nada es totalmente bueno, ni totalmente malo. Si se acabó tu relación y te toca cerrar esa etapa, puedes pensar que quizá ahora puedas hacer cosas que antes con esa persona no podrías, o que has aprendido lo que no quieres en tu vida.

Es cierto que las cosas buenas que tenías con esa persona también las perderás, pero como hemos comentado antes, vendrán otras cosas buenas a tu vida, se abrirán nuevas puertas, descubrirás nuevos caminos. Todo cambia, todo pasa, todo se reinventa

¿Cómo desprenderse del miedo?

Deja de preguntarte el por qué de las cosas

¿Por qué tuvo que fallecer?, ¿por qué me dejó por otro?, ¿por qué se rompió?, ¿por qué me despidieron? Yo te pregunto: ¿Para qué te preguntas eso?, ¿De qué manera solucionarás tu problema haciéndote esas preguntas?

El pasado, pasado está, déjalo ir, no te vayas a crear otro problema ni frustraciones innecesarias por averiguar el por qué.

No te digas cosas como «no es justo que esto termine», «mi vida no tiene sentido después de mi ruptura», etc. Son ideas falsas, exageradas y poco prácticas. Te adaptarás al cambio tarde o temprano, pero lo harás mucho antes si lo aceptas y aprendes a manejar bien tus ideas y pensamientos.

Para ello, te invito a cambiarlos por frases más realistas -que no positivas- hasta que comiences a creértelas y automatizarlas: «Puede que sea injusto que esto termine, pero la vida es injusta por definición. Podré soportarlo», «El sentido de mi vida no depende de una persona en concreto, pues tengo más cosas de las que puedo disfrutar».

Despréndete de cosas que no te aportan nada, sin miedo

Tira lo viejo, borra fotos, rompe documentos, regala ropa, cambia de casa, de pareja o de trabajo… Recuerda no te quedes anclado donde ya no encajas. La vida es cambio y tiene que fluir.

Empieza a construir desde tu presente y proyecta tu futuro. Eso que tu crees que necesitas y que es imprescindible para tu vida, en realidad no lo es. Imprescindible es comer, respirar, dormir, beber…lo demás es solo una rutina, una costumbre y el ser humano es capaz de acostumbrarse y de desacostumbrarse, de habituarse y deshabituarse… puedes hacerlo, ¡ponte a ello, sin miedo!, ¡no te va a pasar nada terrible!

Intenta poner en marcha estos pasos y ganarás sabiduría, madurez, fortaleza y salud mental. Asume, abraza y acepta los cambios; hazlos parte de ti, de tu vida, de tu mundo.

Mira hacia adelante, como cuando vas conduciendo y nunca hacia atrás. El espejo retrovisor solo hay que mirarlo un instante, pero tenemos que conducir mirando hacia adelante, observando y aceptando lo que está llegando y lo que está por venir.

¿Quieres aprender a gestionar de manera exitosa cualquier tipo de cambio que ocurra en tu vida? Me gustaría que conocieras mi Programa especial para la gestión del cambio Fénix, se trata de un programa intensivo de alto impacto diseñado especialmente para proveerte de todas las herramientas y la metodología necesaria para afrontar todo tipo de cambio. A través de sesiones individuales de Coaching, trabajaremos conjuntamente en el diseño de una estrategia para gestionar el cambio y al mismo tiempo fortalecer tu resiliencia, trabajaremos las emociones profundizando en el autoconocimiento para reforzar la autoestima consiguiendo así una mente entrenada para superar cualquier cambio.

Es un programa intensivo porque se lleva a cabo en solo 4 sesiones online, es decir las puedes realizar estés donde estés, solo necesitarás conexión a internet.

Si te has quedado o crees que puedes quedarte en paro. Si has perdido a algún ser querido, si estás viviendo una ruptura de pareja, si eres un particular o tienes una empresa y sientes miedo o incertidumbre por la nueva realidad o si simplemente deseas entrenar tu mente para resolver situaciones adversas, el programa Fénix te acompañará a que descubras todo tu potencial para gestionar el cambio.

Además de acompañarte como coach en el programa trabajaremos juntos para:

  1. Visualizar el nuevo proyecto: Definirlo en objetivos concretos y planes.
  2. Trabajaremos tu creatividad para despertar pasión. Un gran antídoto ante el miedo es el disfrute y la ilusión.
  3. Aprenderás a través de la frecuencia.
  4. Trabajaremos para saber transformar emociones negativas en positivas, aprender a relativizar y a tomar distancia.
  5. Analizaremos los medios con los que cuentas.
  6. Reforzaras tu Confianza y autoestima, te motivaras
  7. Trabajarás la curva del cambio para así acelerar el proceso y ser capaz de transformar cualquier situación en una oportunidad de crecimiento

Recuerda cuando termina la curva comienza otra. La vida es un constante cambio y esta llena de oportunidades. De hecho, cada día vivimos al mismo tiempo diferentes curvas tanto a nivel personal como profesional, y que es el gran síntoma de que estamos vivos. La vida es algo a descubrir no intentes encajarla en patrones, como ya te habrás dado cuenta es impredecible. En cada paso que damos entran en juego emociones que nos superan y realidades que también nos sorprenden. En la medida que desarrollemos nuestra curiosidad y nuestra capacidad de aprender, podremos acelerar ese potencial que todos tenemos y por supuesto, sentirmos más serenos y mucho más felices.

 

 

 

¿Eres un buen amigo?

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¿Eres un buen amigo?

5 de Mayo de 2020 - Por Héctor Aguilar

La amistad cuando es verdadera es algo maravilloso, ya que te acompaña durante toda la vida, te da inmensas alegrías, comparte contigo  momentos únicos e inolvidables. Está ahí cuando te sientes triste o necesitas un hombro en el que llorar o simplemente un abrazo. 

La amistad es uno de los soportes más importantes que podemos tener en nuestras vidas, los amigos son la familia que escogemos, nuestros compañeros de vida. 

La amistad brinda al ser humano la posibilidad de compartir su mundo interior: sus inquietudes, sus sentimientos, sus cuestionamientos existenciales, todo en un ambiente seguro y con una persona de confianza, que nos escuche y nos brinde una opinión desinteresada. Pero, ¿Cómo distingues a un buen amigo de un compañero? ¿Qué es realmente una amistad verdadera?

 

¿Qué es la amistad?

La amistad es un vínculo o relación afectiva entre dos o más personas, que se rige por valores indispensables como: la confianza, la lealtad, el amor, la generosidad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso. 

Aunque la amistad como valor es también un valor personal en sí mismo. La amistad se funda sobre un sentimiento desinteresado, apareciendo espontáneamente, las amistades se escogen.

Una amistad será sincera cuando la persona lo de todo de sí sin esperar nada a cambio, aunque es necesario que el interés, la predisposición, la continuidad y el vínculo sean recíprocos. Por otro lado, una verdadera amistad debe ser cuidada y aunque no sea necesario mantener el contacto físico o directo para conservar una amistad, deben encontrarse otras formas de comunicación.

En cuanto al significado de amiga o definición de amigo es aquella persona con la que se mantiene este vínculo de forma desinteresada. La amistad no entiende de edades, géneros, tipos de relación, etnias, ideologías, culturas,… 

Tipos de amistad

Son muchos los tipos de amistad definidos a lo largo de la historia, sin embargo, la gran mayoría de ellos han adoptado la división en tres tipos de amistad infundada por Aristóteles

Amistad por placer

La amistad por placer es la más frecuente entre los jóvenes, ya que viven persiguiendo sus pasiones, aquello que les atrae. Esta se basa en una amistad recíproca donde ambos amigos consiguen aquello que desean, mediante un acuerdo común.

Esta amistad tiende a aparecer cuando por ejemplo dos amigos comparten la misma pasión por actividades de deporte, salir de fiesta, tocar en un grupo de música,… son amistades que se fundan mediante una pasión compartida y por ello, tienden a ser más volátiles, debido a que a medida que la edad avanza, nuestras pasiones van cambiando y este tipo de amistad depende del placer mutuo, de modo que cuando los placeres que se persiguen varían, la amistad tiende a desvanecerse. Por este motivo, es frecuente que entre los jóvenes las amistades se funden rápidamente, del mismo modo que se terminan con facilidad.

Amistad por utilidad

En este tipo de amistad, el vínculo que mantiene unidas a las dos personas se centra en recibir algún beneficio mutuo y por ello, tiende a darse entre personas contrarias, ya que uno espera del otro aquello que no tiene. Las amistades por utilidad tienden a ser fáciles de disolver, ya que cuando una de las dos personas deja de ser útil para la otra, la amistad se disuelve.

En la amistad por utilidad son frecuentes las reclamaciones y los reproches, pues si lo que sustenta la amistad es la utilidad, la persona cada vez exige más, debido a que cree que recibe menos de lo que debería merecer. Las reclamaciones únicamente se presentan en este tipo de amistad, pues en las amistades por placer, tras haber compartido los momentos de placer cuando estos cambian las personas se separan, mientras que las amistades por utilidad no se separan tan fácilmente, pues seguirán presentándose como amigos siempre que puedan seguir sacando provecho de la relación de amistad y la amistad verdadera o la amistad por virtud, no entiende de reproches.

Amistad por virtud o amistad verdadera

El tercer tipo de amistad es la amistad por virtud o la amistad verdadera, conocida como la amistad de lo bueno. Este tipo de amistad concibe la valoración de lo bueno y lo virtuoso de la vida, sin ninguna finalidad añadida, sin esperar sacar provecho de nada. Las relaciones de amistad verdadera tienden a mantenerse durante toda la vida, a ser íntimas y profundas y no esconden un porqué, fluyen por sí solas.

En la verdadera amistad ninguno molesta al otro, pues ambos desean compartir su tiempo juntos, en la verdadera amistad ambos se sienten libres de poder compartir libremente, discutiendo sus desacuerdos sin tratar de imponerse uno sobre el otro, en la verdadera amistad se comparten las alegrías y se hace más amena la adversidad. Los verdaderos amigos crecen juntos como personas, son sinceros entre ellos, buscan entenderte sin juzgarte, mantienen una preocupación constante por ti, saben escucharte y ayudarte con el corazón, y todo ello te lo darán sin esperar nada a cambio, únicamente que este amor sea compartido.

Otras formas de amistad, abordadas ya no tanto desde lo filosófico como desde otras perspectivas, nos permiten hablar de:

  • Amigos con “derecho” o con “beneficios”. Se trata de una relación de amistad en la cual las dos personas son, además, compañeros sexuales o eróticos esporádicos, sin que ello en teoría derive hacia relaciones más profundas.
  • Amigo íntimo. Se suele hablar de amigos íntimos o mejores amigos, para separar a aquellos amigos “especiales” o de grado muy profundo, en comparación con los demás: es una distinción especial.
  • Amigo virtual. Se llama así a las amistades que se hacen a través de Internet, ya sea mediante foros, redes sociales, correo electrónico, etc.
  • Falsos amigos. También llamados amigos tóxicos, son aquellos que pretenden ser amigos de alguien o que lo son únicamente por fines interesados.

 

¿Cuántos amigos podemos llegar a tener?

¿Te habías hecho alguna vez esta pregunta? ¿Sabes que hay un estudio científico que habla de esto?

Según Robin Dunbar, en un estudio que realizó en los años 90, El número máximo que somos capaces de gestionar es 150, .Pero la estructura de cómo los organizamos es dinámica. “Si tienes un mejor amigo y se va a vivir fuera, o rompes con tu pareja, de repente te queda un hueco”, según explica el autor. “El cerebro parece que lo detecta y dice: hay sitio libre. A lo mejor en la capa de conocidos no lo notas pero en los primeros círculos sí que detectas ese vacío y lo llenas. Nos comportamos de alguna manera como si fuéramos átomos y tuviéramos electrones”.

Si nuestro tiempo y nuestra inteligencia solo nos permite tener un número determinado de amigos, ¿Qué dice la investigación sobre esas personas que tienen más de 500 amigos en sus redes sociales?

“Las redes sociales permiten que tengamos más amistades, pero las relaciones son mucho más superficiales porque les dedicas menos esfuerzo”, aclara el estudio. Las redes sociales se encargan de recordarnos muchas cosas sobre nuestros amigos, como el día de su cumpleaños. Así que gracias a esta liberación de almacenamiento en nuestro disco duro del cerebro, podemos ampliar hasta 220 relaciones. A partir de ese número, tendremos seguramente amigos de relleno”.

“Hay que analizar también el coste que tiene esto”, argumenta el estudio. “Si estás intentando extender mucho tu red, aunque sea con relaciones muy superficiales, estarás dejando de atender a los buenos amigos. Es como si tuvieras un presupuesto en relaciones. Si te lo gastas en comprar muchas baratijas, al final no podrás tener un buen amigo”.

 ¿Cómo puedo cultivar mis amistades?

Entablar y mantener relaciones saludables supone dar y recibir. En ocasiones, eres quien brinda apoyo y, en otras, eres quien lo recibe. Hacerles saber a tus amigos que te preocupas por ellos y los aprecias puede fortalecer el vínculo. Ser un buen amigo es igual de importante que rodearse de buenas amistades.

Flexibilidad

La adaptación a los distintos ambientes facilita la convivencia y la comunicación al tiempo que permite acrecentar nuestro círculo de amistades. Debemos tomar en cuenta que la persona flexible es amable y servicial siempre, en todo lugar; si sólo tenemos atenciones con las personas que conocemos, no se puede hablar de flexibilidad.

Signos evidentes de flexibilidad son: ceder la palabra; rectificar la opinión, pedir disculpas; participar de las actividades y aficiones que gustan a los demás (siempre y cuando permitan la vivencia de los valores), aceptar los consejos y recomendaciones sobre nuestra persona con sencillez y serenidad.

Como detalle importante, podemos señalar que una persona puede tener varios amigos con intereses diametralmente opuestos; la flexibilidad nos permite alejar ese sentimiento de exclusividad que muchas personas equivocadamente reclaman. Cada persona por ser naturalmente diferente aporta algo distinto en la vida de los demás, en eso consiste el enriquecimiento personal y el cultivo de amistades.

Comunicación

La verdadera comunicación no es una agradable conversación que muchas veces puede ser superficial. Comunicarse significa participar de nuestro yo a nuestros amigos, con la sinceridad de las palabras, transmitiendo nuestros verdaderos puntos de vista y manera de sentir: sólo así existe un intercambio real de pensamientos que desembocan en la comprensión y el entendimiento.

La forma más simple de conservar una amistad es manteniendo contacto frecuente con nuestros amigos sin importar la distancia, pues unos minutos bastan para hacer una llamada o escribir un correo electrónico. Preguntar por el estado de salud, el trabajo, cuál fue el resultado de sus últimos planes, enviar saludos a la familia… tantas cosas que podemos decir que demuestran interés y sincera amistad.

Desgraciadamente hay personas que se llaman amigos pero sólo aparecen cuando necesitan algo.

Generosidad

Lo importante de este valor es hacer lo posible por otorgar nuestro tiempo, recursos, conocimientos y cualidades cuando los demás lo necesiten, donde no importa si piden o no nuestra intervención. Muchas veces esperamos que nuestros amigos estén a nuestra disposición y lo demuestran con hechos; pero, en ocasiones, por distracción o simple comodidad no correspondemos de la misma manera, ¿no es esto una forma de aprovechar y utilizar la amistad en beneficio personal?

La generosidad no tiene barreras, pues los amigos dan su persona desinteresadamente y sin límites: están pendientes de las preocupaciones y necesidades; acompañándose en la enfermedad o en los malos momentos; gozan de los triunfos y las alegrías, sin el sentimiento mezquino de la envidia; la generosidad se extiende a las cosas materiales, la ayuda para reparar el auto…

Lealtad

No hay riqueza más valiosa que un buen amigo seguro. Ser leal supone ser persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva consigo; los amigos nobles no critican, ni murmuran, ni traicionan una confidencia personal y siempre se encuentra veracidad en sus palabras. Son verdaderos amigos quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos.

Ser leal también es hablar claro y ser franco; la lealtad también se demuestra al corregir a un amigo que se equivoca.

Agradecimiento

Un pequeño detalle de agradecimiento fortalece nuestra amistad significativamente, no pensemos en objetos, devolver el favor en la misma proporción o cualquier cosa extraña, entre los amigos basta dar las gracias sinceramente como reconocimiento a la ayuda que hemos recibido. Pero hay que decirlo.

Debemos tomar en cuenta que los pequeños detalles son espontáneos y representan verdaderas muestras de afecto, pero nunca deben aparecer como “pago” al beneficio que desinteresadamente recibimos, pues los obsequios, invitaciones y otros detalles, son elementos naturales de una amistad.

Los verdaderos amigos siempre nos ayudarán a superarnos y a vivir mejor, porque el interés está puesto en la persona, no en sus pertenencias, posición o lo divertido que pueda ser. La confianza, el consejo oportuno sobre las buenas costumbres, hábitos, diversiones o el orden de nuestros afectos, constituyen muestras claras de aprecio, compromiso y responsabilidad.

Los valores nos ayudan a encontrar nuevos amigos y mejores amistades, porque nuestra actitud es franca y abierta para todas las personas. Ser un “mejor amigo” no es un objetivo para buscar el reconocimiento o alimentar nuestra vanidad, es una forma de elevar la calidad de las relaciones humanas con nuestro ejemplo.

¿Cuáles son los beneficios de tener amistades?

Tener buenos amigos es bueno para tu salud. Los amigos pueden ayudarte a celebrar los momentos buenos y brindan apoyo durante los momentos malos. Los amigos previenen la soledad y también te dan la oportunidad de ofrecer la compañía que necesitan. Además, los amigos:

  • Aumentan la sensación de pertenencia y de propósito
  • Aumentan la felicidad y reducen el estrés
  • Mejoran la confianza en uno mismo y la autoestima
  • Te ayudan a enfrentar las situaciones traumáticas, como el divorcio, la enfermedades graves, la pérdida de trabajo o la muerte de un ser querido
  • Te motivan para cambiar o evitar que lleves un estilo de vida poco saludable, como tomar alcohol en exceso o no hacer ejercicio

Los adultos con un fuerte apoyo social tienen menor riesgo de muchos problemas de salud importantes; por ejemplo, depresión, presión arterial alta y un índice de masa corporal (IMC) poco saludable. Incluso, los estudios revelaron que los adultos mayores con una gran vida social viven más tiempo que otros adultos mayores con menos relaciones.

Está evidenciado que el aislamiento tiene una gran incidencia en la mortalidad; de hecho, hay estudios que afirman que la falta de apoyo psicológico puede equiparar sus efectos nocivos sobre nuestra salud al tabaco, la alta de tensión arterial, el nivel de colesterol alto, la obesidad o la falta de ejercicio físico.

En este sentido podemos afirmar que los estrechos lazos que creamos con los demás duplican nuestro bienestar y dividen la angustia por la mitad. Porque crear relaciones emocionales próximas nos fortalece, de eso no cabe duda.

Bien es cierto que no es fácil lograr una proximidad psicológica satisfactoria con la gente que nos rodea, pues muchas veces las decepciones nos hacen preferir la soledad. Sin embargo, mientras esta misma soledad no se convierta en aislamiento, nuestra salud no tiene por qué verse perjudicada.

La amistad crea lazos afectivos

Estar rodeados de gente que nos quiere nos hace psicológicamente fuertes y previene dificultades emocionales derivadas de cuestiones diversas como un divorcio, un obstáculo económico o una enfermedad.

Cuando hablamos de habilidades emocionales nos referimos a nuestra capacidad de reconocimiento, canalización y dominación de los sentimientos propios, la empatía y los sentimientos que aparecen en las relaciones sociales.

Esa sensación maravillosa de tener un cordón de seguridad emocional que nos protege no se puede comparar con nada. Sentir que nos quieren no solo es esperanzador, sino reforzante y revitalizante.

Ser conscientes de que quieren verte, hablar contigo e interesarse por cómo estás nos otorga un estatus emocional que nos rescata del abismo en infinidad de ocasiones. Por eso podemos estar seguros de que esas personas a las que tantos queremos constituyen una parte importantísima de nuestro flotador vital.

 5 Consejos para conservar amistades

1. Hablar sobre nuestros intereses comunes

Uno de los primeros consejos para elegir mejor a los amigos es hablar sobre nuestros intereses comunes. Si bien en un primer acercamiento podemos sentir simpatía por la otra persona, es conveniente tener una conversación en la que podamos darnos cuenta de que compartimos algunas aficiones o pasatiempos.

¿Por qué esto es necesario? Porque necesitamos hacer planes con nuestros amigos para conocerlos todavía más y fortalecer nuestra relación. En el caso de que no tengamos ningún ocio que nos una, ¿de qué forma podríamos planear un fin de semana o una escapada? Sería imposible. Por lo tanto, hablar sobre nuestros intereses comunes nos permitirá encontrar a personas afines con las que compartir nuestro tiempo libre.

2. Detectar si solo nos buscan cuando nos necesitan

El segundo de los consejos para elegir mejor a los amigos es observar. Identificar si se acercan a nosotros porque les apetece hacer planes y compartir su tiempo, realizando alguna actividad conjunta, o si, por el contrario, tan solo nos buscan cuando les hacemos falta. Esto lo detectaremos de una forma muy fácil, pues cuando quieran quedar con nosotros siempre será para ir a buscar un título, asistir a algún curso o para que les hagamos un favor.

Cuando esta situación se prolongue en el tiempo, empezaremos a sentirnos mal. De hecho, nos daremos cuenta de que nosotros siempre le proponemos a nuestros amigos quedar para tomar un café o charlar. También, en muchas ocasiones, ellos no estarán disponibles para nosotros cuando necesitemos hablar o desahogarnos. Aspectos importantes que deberíamos tener en cuenta.

3. ¿Cómo tratan a las demás personas?

Este consejo es muy importante y necesario. Aunque una persona nos trate bien, esto no quiere decir que comparta nuestros mismos valores o sea la persona con la que deseemos tener una amistad. Por esta razón, es imprescindible que nos fijemos en cómo trata a otras personas. Otros amigos o, incluso, familiares.

Imaginémonos que siempre nos encontramos muy a gusto con un amigo, comparte nuestras opiniones, podemos debatir sobre diferentes temas sin problemas… Pero, un día con su pareja o alguno de sus padres muestra una parte de su personalidad opuesta a todo esto. Prestar atención a esta circunstancia nos permitirá sacar nuestras propias conclusiones y tomar una decisión.

4. Abordemos temas controvertidos

Hablar sobre política, por ejemplo, puede ser un tema controvertido con el que poner en práctica este punto. Se trata de elegir aquellos temas más sensibles sobre los que podamos charlar con nuestros amigos para saber cómo reaccionan. Quizás nos demos cuenta de que para algunos son tabú o que otros piensan que su opinión es la única que importa.

Abordar temas controvertidos también nos ayudará a medir el grado de tolerancia que tienen nuestros amigos. Aunque no pensemos igual sobre un determinado tema, es importante que respetemos las opiniones de los demás y que las escuchemos tal y como esperamos que hagan con las nuestras.

5. No nos obsesionemos con encontrar al amigo perfecto

El último de los consejos es que no nos obsesionemos con encontrar al amigo perfecto. Esto solo provocará que estemos siempre en una constante búsqueda y que sintamos que no encajamos con nadieDebemos elegir mejor a los amigos, pero no convertirnos en personas inflexibles.

Nuestro objetivo debe ser escoger a aquellas personas que realmente nos aporten. Asimismo, es conveniente que analicemos a las amistades con las que mantenemos una relación de muchos años. ¿Nos siguen sumando o, por el contrario, ahora tan solo restan?

Reflexiones sobre la amistad verdadera

Una de las frases de amistad verdadera más conocidas es que "quien tiene un amigo tiene un tesoro", pues la amistad es el tesoro más preciado que se puede poseer. 

Un buen amigo te abrazará cuando estés triste y secará tus lágrimas, del mismo modo que te sacará tu mejor sonrisa, celebrará tus logros, te acompañará en tus fracasos y permanecerá a tu lado cuando el mundo te de la espalda.

Una amistad verdadera es una amistad para toda una vida y por ello es muy importante valorar cuáles son aquellas amistades que vale la pena que permanezcan a nuestro lado.

Aprender a distinguir un buen amigo de un compañero puede ser difícil en muchas ocasiones, pero para saber si una amistad es verdadera céntrate en los valores de amistad que hemos hablado.

¿Y tú, eres un buen amigo? 

Recuerda que nunca es demasiado tarde para entablar amistades nuevas o volver a conectarte con viejos amigos. Invertir tiempo en hacer amigos y fortalecer tus amistades puede traducirse en una mejor salud y un panorama más prometedor para el futuro.

La inteligencia emocional en el nuevo mundo

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La inteligencia emocional en el nuevo mundo

14 de abril de 2020 - Por Héctor Aguilar

En estas últimas semanas afrontamos una situación completamente nueva que pone en jaque nuestra capacidad de adaptación al cambio. Es momento de poner a trabajar nuestra resiliencia para poder transformar esta crisis en una oportunidad de la que salir fortalecidos.

Cuando termine el confinamiento y volvamos a nuestra rutina, posiblemente nos encontraremos en un nuevo mundo en el que ya nada vuelva a ser igual. Una vez amaine la pandemia, tocará reconstruir un mercado laboral muy dañado del que todavía desconocemos muchos detalles, pero hay algo en lo que ya coinciden tanto expertos como empresarios y directores de recursos humanos. En un mundo donde la distancia social y teletrabajo coge fuerza, ganará trascendencia todo aquello que tenga que ver con el trato con las personas.

Las empresas han reparado en la necesidad de trabajar la parte emocional de sus trabajadores. Está demostrado que los empleados con inteligencia emocional, están motivados ellos mismos y son capaces de motivar, además tienen una gran capacidad de persuasión y de trabajo en equipo. Hablamos de trabajadores más productivos, más eficaces y más felices.

¿Qué es la inteligencia emocional?

El psicólogo Daniel Goleman la define en su libro Inteligencia emocional como “La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones".

En otras palabras es la capacidad de ser inteligente utilizando nuestras emociones, entender lo que sentimos y por qué, es tan importante como saber cómo se sienten los otros.

Utilizar esta inteligencia en nuestras relaciones es necesario para que funcione bien un matrimonio, un departamento o en la vida en general, en definitiva es esencial para ser feliz.

Goleman indica que la inteligencia emocional se adquiere por dominio propio y gracias a un constante entrenamiento. Pero si bien es cierto que hay una parte de esta inteligencia que nos viene dada en nuestra herencia genética, la cual nos dota de rasgos emocionales que determina nuestro propio temperamento, una gran parte puede entrenarse, ya que el circuito de nuestras emociones es muy moldeable.

Pero, ¿Cómo podemos poner inteligencia a nuestras emociones? Goleman se refiere a 5 esferas de la inteligencia emocional.

 

5 Esferas de la inteligencia emocional

La primera esfera es conocer las propias emociones. Se trata de la capacidad de reconocer el sentimiento en el momento que se está experimentando, sirviendo esta como un autoconocimiento propio (conciencia de uno mismo).

La segunda esfera se trata de manejar las emociones. Esta es la capacidad que tenemos para poder manejar nuestros sentimientos en el momento que se está experimentando y los podamos manejar de una forma adecuada. Esta capacidad se basa en la autoconciencia y el autocontrol.

La tercera esfera es la automotivación. Esto se trata de la habilidad que tenemos para ordenar las emociones y así poder controlarlas. Tener un objetivo nos ayuda a mantener la atención y la creatividad en lo que nos fijamos.

La cuarta esfera se trata de reconocer las emociones de los demás. Sí, hablamos de la empatía. Se trata de la habilidad de percibir qué quieren, sienten o necesitan otras personas. También podríamos llamarlo la autoconciencia de las emociones ajenas.

Y la quinta y última espera es manejar las relaciones. Se trata dela habilidad que tenemos para relacionarnos adecuadamente con las demás personas, es la importancia en mantener un control en las relaciones que manejamos con las demás personas y podernos relacionar adecuadamente con las emociones de los demás. Esta habilidad se puede ver en personas líderes.

No todas las personas tienen la capacidad para manejar las 5 esferas, sino que puede ser

que unas dominen más que las otras. De hecho, ¿Por qué hay personas con un elevado coeficiente intelectual que sufren mucho y personas con un coeficiente intelectual más modesto que son mucho más felices? La diferencia radica en el dominio de su inteligencia emocional. Una mayor inteligencia emocional nos dota de un mayor autodominio, mayor persistencia y más capacidad para motivarse a uno mismo.

 

Dos tipos de mente

Es importante tener en cuenta que disponemos de dos tipos de mente. Por un lado, la mente emocional y por el otro la mente racional. La primera siente y la segunda piensa.

Concretamente la mente racional es la que nos aporta la capacidad de comprensión, es la que nos hace conscientes, nos permite analizar. Por tanto, cuanto más intenso es el sentimiento más dominante se convierte la mente emocional y menos eficaz la mente racional. En pocas palabras cuando la emoción es alta la inteligencia disminuye.

Hablamos de dos mentes que son semi independientes, los sentimientos son esenciales para el pensamiento y el pensamiento lo es para el sentimiento.

En definitiva, cuando aparecen las pasiones la balanza se decanta, ya que la inteligencia emocional tiende a dominar y aplastar la inteligencia racional.

 

Las emociones

Pero, ¿Para qué son las emociones? En nuestro sistema nervioso tenemos grabados diversos sistemas de defensa en el que influyen las emociones, como por ejemplo el miedo. Estos sistemas de defensa han sido adquiridos a lo largo de miles y miles de generaciones con el fin de protegerse de los peligros y facilitar la supervivencia de la especie humana.

Por ejemplo, cuando sientes ira, la sangre fluye a las manos, el ritmo cardiaco se eleva y aumenta la adrenalina generando un nivel de energía lo suficientemente potente como para tener una vigorosa reacción ante tu enemigo o una amenaza.

Cuando sientes miedo la sangre va a los músculos grandes, como por ejemplo las piernas, y así resulta más fácil huir. Nuestro rostro queda pálido y los circuitos emocionales hacen que creemos hormonas que ponen al cuerpo en alerta general.

Es de vital importancia sabe que las emociones nos influyen en nuestra salud. Las personas que carecen del control de sus emociones negativas, son más propensas a sufrir falta de concentración, déficit de aprendizaje o capacidad de memoria. Las emociones negativas son tan nocivas como el tabaco.

Tener un equilibrio emocional nos ayuda a proteger nuestra salud y potenciar nuestro bienestar. De hecho son muchas las enfermedades que se crean por la mente, psicosomáticas, “psico” de mente y “somáticas” de cuerpo.

Nuestro sistema inmunológico, como nuestro cuerpo, también puede aprender, sí, lo puedes entrenar de manera que te beneficies a ti mismo. Te pongo un ejemplo, cuando sientes estrés, tu cuerpo libera hormonas como el cortisol, que hace que sea más lento tu metabolismo y debilita tu resistencia inmunológica.

Por el contrario, las emociones positivas, como la felicidad o la autorrealización, liberan endorfinas fortaleciendo nuestro metabolismo y haciéndonos sentir mucho mejor.

Llegados a este punto, estoy seguro de que habrás percibido la importancia de disponer de una inteligencia emocional bien trabajada. Me gustaría darte un dato interesante: “Singapur se convierte en el primer país del mundo en incorporar la inteligencia emocional en su educación”. Singapur es un país que no dispone de demasiados recursos naturales pero se ha propuesto que sus futuros ciudadanos y trabajadores sean mucho mejores.

Otro dato interesante, un estudio revela que el 70% de las grandes empresas a nivel mundial valora como muy necesaria la inteligencia emocional a la hora de escoger a sus altos cargos.

Los educadores creen que las habilidades como las matemáticas o el lenguaje, que desde luego son importantes, es lo que te ayudará en la vida. Pero lo cierto es que los datos del mundo empresarial demuestras que son habilidades básicas, que todos las tienen. Claro que es necesario tener un buen nivel de matemáticas, pero lo que te hará ser un buen miembro de un equipo, lo que te hará destacar o que seas un buen líder no tiene nada que ver con lo que aprendas en la universidad. Las habilidades que te distinguirán están en el campo de la inteligencia emocional.

Puedes persuadir, autogestionarte, empatizar, motivar… Esas son las habilidades importantes en el mundo laboral.

 

¿Cómo puedes mejorar tu inteligencia emocional?

La inteligencia emocional se puede mejorar y mucho, pero deberás dedicarle tiempo y esfuerzo. Además, se recomienda hacerlo acompañado por un profesional que use las técnicas adecuadas para generar unos excelentes resultados.

Voy a compartir contigo algunos consejos para que puedas poner a trabajar tu inteligencia emocional y así beneficiarte de sus efectos.

  • Detecta la emoción que hay detrás de tus actos: No puedes eliminar tus emociones pero has de ser capaz de conectar con ellas y entender cómo fluyen. Cuando algo te haga actuar o sentirte de alguna manera, párate un segundo, reflexiona sobre la emoción que hay detrás y encuentra su origen.
  • Amplía tu vocabulario emocional: Alegría, tristeza, enfado y miedo son las cuatro emociones básicas. Cuando intentes reconocer tus emociones ves más allá. No basta con decir “vale siento tristeza”, has de ser lo más específico posible. Los nombres que pongas a tus emociones te ayudarán a entender cómo te estás sintiendo y por qué.
  • No te dejes engañar por las apariencias emocionales: Muchas veces las emociones primarias desencadenan otras emociones y eso nos lleva al error de creer que lo que realmente estamos sintiendo es la emoción secundaria. Fíjate bien y busca el origen.
  • No juzgues la forma en que te sientes: La función de las emociones es darte información sobre lo que está ocurriendo. Las emociones negativas te previenen, no luches contra ellas. Te invito a que las analices y entiendas para así obtener toda la información posible acerca del reto que tienes delante.
  • Descubre el mensaje oculto del lenguaje corporal: Si te cuesta identificar emociones fíjate en el lenguaje corporal y te dará muchas pistas de lo que está ocurriendo.
  • Controla lo que piensas para controlar cómo te comportas: A veces se escucha eso de perder el control en ciertos momentos. Los sentimientos son el resultado de la emoción y de lo que piensas sobre esa emoción. No puedes evitar la emoción pero si tus pensamientos al respecto. La próxima vez que sientas una emoción, atento porque significa que en breve te invadirá un pensamiento. Decide entonces qué pensamiento decides tener.
  • Busca el por qué de los que te rodean: Muchas veces cometemos el error de cuando observamos una reacción de alguien, juzgar solo la reacción sin ir más allá. Pudiendo ser que detrás de ella pueda haber mucho más. Acostúmbrate a preguntarte, ¿Qué sentimientos puede haber detrás de esa reacción?¿Qué emociones y pensamientos puede estar experimentando esa persona? Es hora de poner a trabajar tu empatía.
  • Lleva un diario emocional: Es una forma muy práctica y eficaz para empezar a ser consciente de tus emociones y sentimientos. Se trata de transcribirlos a mano cada vez que los sientas.
  • Expresa tus emociones de forma asertiva: Ahora que ya sabes identificar y poner nombre a tus emociones llega el momento de expresarlas sin efectos adversos, mediante la asertividad.
  • Convierte todo en conducta prácticas: No pretendas hacerlo todo a la vez, te aconsejo establecer pequeños objetivos realizables y empieza a trabajar poco a poco. Podrías empezar por observar las reacciones de las personas que te rodean. Haciendo esto ya estarás entrenando tu inteligencia emocional, el resto lo puedes ir incorporando de manera práctica.

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Y recuerda, la inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y las frustraciones que soportamos en el trabajo, incrementa nuestra capacidad de empatía y nuestras habilidades sociales y aumenta nuestras posibilidades de desarrollo social, haciendo de esta sociedad una sociedad mejor.